El ex secretario de Transporte Ricardo Jaime denunció hoy ser víctima de una supuesta "campaña de destrucción" y responsabilizó al diario "Clarín" por los hechos, como suelen hacer el kirchnerismo en general.

Algo incómodo, ante media docena de micrófonos, el ex funcionario investigado por presunto enriquecimiento ilícito y por recibir dádivas de empresarios del sector aeronáutico, afirmó estar "siendo objeto de una persecución".

Jaime acusó al periodista Omar Lavieri, quien sigue sus pasos en la función pública desde hace tiempo, de ofrecer trabajo en una redacción periodística, dinero, un LCD de 32 pulgadas y hasta una notbook a un ex yerno llamado Sebastián Donato, separado de una de las hijas de su pareja Lorena Silvia Jayo y Agostina Soledad Jayo, a cambio de información comprometida.

"He modificado mi decisión de no hablar porque tiene que ver con algo que, a mi criterio, es de extrema gravedad y quiero que se sepa por qué considero que estoy siendo objeto de una persecución", sostuvo Jaime en la conferencia, que terminó abruptamente, y sin preguntas.

Entre los periodistas presentes estaba el propio Lavieri, quien al final de la exposición del ex secretario solicitó derecho a réplica, pero Jaime se levantó de su silla y se retiró.

El ex colaborador de Kirchner justificó su partida: "No voy a hablar de la causa o la investigación, confío plenamente en los procesos de la Justicia".

Lavieri quería hablar de la "extorsión".

Jaime, convertido en emblema la los casos de corrupción durante el kirchnerismo, nació en Córdoba, está casado con Silvia Reyss Gouvert y tiene 55 años. A mediados de la década de 1980 dejó su tierra natal y se instaló en Santa Cruz cobijado por Néstor Kirchner.

Ingresó la política patagónica con una banca de concejal de Caleta Olivia entre 1987 y 1991, y luego ocupó la secretaría de la Gobernación cuando el ex presidente era gobernador.

Entre 1996 y 1999 presidió el Consejo Provincial de Educación. Ese año, volvió a sus pagos por pedido de Juan Manuel de la Sota y se desempeñó como viceministro de Educación hasta mayo de 2003, cuando Kirchner lo convocó para controlar el transporte público del país. En primero de julio de 2009 renunció jaqueado por las causas de corrupción.