Con 35 votos a favor y 33 en contra, la Cámara alta le dio media sanción a la iniciativa que busca la Coparticipación total de este regresivo gravamen
Luego de que se ratificara a Mercedes Marcó del Pont en el Banco Central, el Senado, tras casi once horas de debate, le dio media sanción al proyecto de Ley que impulsaron para coparticipar el Impuesto al Cheque.
La oposición logró en el Senado votar la reforma que propone ampliar el reparto de lo recaudado por el impuesto al cheque, al final de una sesión que se extendió por más de 11 horas y que terminó envuelta en una fuerte polémica.
La votación se concretó a la 1.40: la oposición ganó por 35 a 33, pero el oficialismo denunció que el número era insuficiente.
Argumentó que se requería el aval de la mitad más uno de los miembros, es decir, 37 votos, por ser una reforma impositiva. La oposición rechazó esa interpretación. El vicepresidente Julio Cobos quiso mediar, sin éxito, con un pedido para que el tema pasara a comisión y se postergara la definición.
Fue el final de un día de extrema tensión. La sorpresiva presencia de la oficialista Adriana Bortolozzi (Formosa) había permitido quebrar la política de la Casa Rosada de negar de forma sistemática el quórum y terminar con una parálisis de cinco semanas en la Cámara.
La deserción de la legisladora formoseña, que denunció sentir "miedo" por su actitud, hizo estallar por los aires la estrategia kirchnerista. Sin embargo, al principio termino siendo beneficiosa para el Gobierno, ya que el primer tema que se discutió fue el pliego de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central, que el oficialismo pudo aprobar gracias a la abstención del ex presidente Carlos Menem. El kirchnerismo ganó esa votación por un voto de diferencia.
Entonces empezó el largo debate del proyecto de ley que amplía la coparticipación a las provincias de lo recaudado por el impuesto al cheque. Antes de la votación, el kirchnerismo advirtió que recurriría a la Justicia para evitar que el debate continúe en la Cámara de Diputados, donde debería resolverse la eventual sanción del proyecto, consigna la crónica del diario La Nación.
El conglomerado opositor que lideran radicales y peronistas disidentes había decidido al mediodía dar un "gesto de buena voluntad" y modificar el plan de labor parlamentaria, colocando la designación de la economista en primer término.
Así, quedaba expuesto a quedarse sin quórum como consecuencia de la extensión del debate de la propuesta impositiva. Pero la noticia impactante de la jornada fue la decisión de Bortolozzi de romper con la estrategia del Poder Ejecutivo. Cuando nadie lo esperaba y la oposición se preparaba para denunciar la ausencia del kirchnerismo por tercera semana consecutiva, la senadora formoseña ingresó al recinto y se dejó caer en su banca.
Esto abrió paso a un movimiento frenético entre los colaboradores del bloque oficialista para comunicar la noticia al jefe de la bancada, Miguel Pichetto (Río Negro), que desconocía la decisión de Bortolozzi. En vano fueron las presiones para sacarla del recinto. Desfilaron por allí, a la vista de todos, el prosecretario administrativo de la Cámara alta, Mario Daniele, y la senadora Marina Riofrío (San Juan). Todos fueron sacados con cara destemplada por la legisladora. Hasta el propio Pichetto fracasó en un último intento de hacerla cambiar de opinión.
Superada la conmoción, el oficialismo entró de manera desordenada al recinto y comenzó el debate del pliego de Marcó del Pont, que logró aprobar dos horas y media después. El debate del impuesto al cheque comenzó pasadas las 17 con una extensa lista de oradores. Cerca de 40 senadores se anotaron para hablar. La gran cantidad de oficialistas dejó en claro que su estrategia era dilatar la discusión a la espera de que la sesión se quedara sin quórum.
En otro claro gesto de apoyo al Ejecutivo, Menem abandonó el recinto y la Cámara alta poco después de aprobado el pliego de Marcó del Pont; complicaba así los planes de la oposición para aprobar el proyecto.
El debate se convirtió en un duelo entre oficialismo y oposición en torno al manejo de los fondos públicos que hace el Poder Ejecutivo.
Para el kirchnerismo, la iniciativa perjudicará a las provincias porque se exponen a la posibilidad de perder fondos que la Casa Rosada les destina por otros mecanismos, como los Programas de Ayuda Financiera (PAF), obras públicas o planes sociales que reciben esos distritos.
Esta fue la amenaza que esgrimió el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Eric Calcagno (Buenos Aires), que advirtió además en contra de la quita de recursos al Estado. "No es una buena ley para las provincias, porque no puede haber provincias prósperas en una Nación desfinanciada", sentenció.
Sin embargo, para la oposición esta iniciativa tiene el objetivo de cortar con la discrecionalidad del Poder Ejecutivo en el giro de fondos.
Así lo dijo el salteño Agustín Pérez Alsina (Partido Renovador), que acusó a la administración de Cristina Kirchner de "aplicar un ajuste con las provincias, al obligarlas a ir a pedir fondos a la Nación".
El peronista disidente Verna fue lapidario y aseguró: "Hoy no tenemos federalismo. En mi provincia me gusta que los fondos los administre el gobernador y no De Vido [Julio, ministro de Planificación Federal] o José López [secretario de Obras Públicas]".
Otro que también intervino para criticar al Poder Ejecutivo fue el peronista Carlos Reutemann, que reclamó aprobar el proyecto como una forma de "dar señales para terminar con el autoritarismo fiscal".
El socialista Rubén Giustiniani (Santa Fe) castigó con dureza a los senadores kirchneristas que priorizaron el apoyo de la Nación para realizar obras públicas a otorgarles a sus distritos un mayor caudal de fondos coparticipados. "Antes de renunciar a mis convicciones y votar contra los intereses de mi provincia por una obra pública, renuncio a mi banca".