Un nuevo atentado suicida genera alerta máxima en Rusia. Esta vez, el saldo fue dos policías muertos.

El terrible episodio sucedió este lunes, en un atentado perpetrado por un terrorista suicida que activó su cinturón de explosivos delante del edificio de la policía en Ingusetia, la inestable república del Cáucaso ruso, anunció la fiscalía general rusa.

Este ataque se produce después de una serie de atentados la semana pasada en Rusia, los que dejaron más de 50 muertos.

"El lunes, a eso de las 8.20 (la 1.20 de Argentina), en Krabulak, un desconocido activo su cinturón de explosivos en el momento en que policías en un coche ingresaban al recinto de un edificio del ministerio del Interior", señaló la fiscalía en un comunicado. "El kamikaze murió en el lugar, dos policías fallecieron debido a sus heridas y tres otros quedaron heridos".

Menos de una hora después del ataque, la policía descubrió una bomba en un vehículo estacionado al exterior del recinto de la policía de Karabulak (en el centro de Ingusetia) y la desactivó, provocando una explosión que no dejó víctimas, indicó a la AFP una fuente de las fuerzas de seguridad.

Después de las explosiones, varias decenas de policías se encontraban cerca del edificio, protegido por una barrera metálica y bloques de hormigón, constató un corresponsal de la AFP. El kamikaze trató de ingresar al interior de edificio pero los centinelas se lo impidieron, indicó un portavoz del ministerio regional del Interior, citado por la agencia Itar-Tass.

Desde hace varios meses, el Cáucaso ruso conoce un aumento de la violencia, vinculada sobre todo a una violencia atizada por las dos guerras que afectaron a Chechenia en los años 1990 y a comienzos de los 2000.

El 29 de marzo, en Moscú, dos atentados suicidas en el metro dejaron 40 muertos. Una adolescente, originaria de Daguestán, otra república inestable del Cáucaso, fue identificada como la autora de uno de los atentados reivindicado por un grupo islamista del Cáucaso.

Dos días más tarde, un doble atentado contra la policía en Kizliar, al norte de Daguestán, dejó diez muertos, entre los cuales nueve policías. El domingo se produjo el tercer ataque: la explosión de un artefacto en una vía férrea en Daguestán provocó el descarrilamiento de un tres de mercaderías, sin provocar víctimas. Hoy se sumaron dos policías a la lista de fallecidos.