El "Rojo" superóa los de Sarandí por 1-0 con un golazo de Núñez de tiro libre. Así se mantiene firme en la punta del torneo Clausura. El arquero Gabbarini fue vital
Independiente volvió a relucir esa estirpe ganadora a la cual ha apelado durante todo el Clausura y, pese a una nueva actuación irregular, se impuso por 1-0 sobre Arsenal en el estadio Libertadores de América.
Luego de mostrar un juego ilusionante durante la primera media hora, el Rojo consiguió la ventaja y bajó la persiana de la mano de su notable arquero Adrián Gabbarini. Una vez más, el objetivo de brillar volvió a quedar postergado por la premisa de ganar. A tan sólo siete fechas del final, los de Avellaneda le sacaron cinco puntos al escolta Argentinos y potencian su ilusión.
Para poder contrarrestar la marca pegajosa de Arsenal, Independiente debía tener una importante movilidad que le permitiera establecer circuitos de juego. Y así lo hizo el equipo de Gallego, que montó una efectiva usina de juego en la franja derecha que tuvo como líder a Ignacio Piatti. Precisamente, la primera llegada peligrosa del partido llegó por ese costado a los 4 minutos. El ex Gimnasia se escapó de la marca con astucia, tocó con Fredes y éste buscó a Vella, que finalmente envió un pase atrás para que Núñez sacara un remate que se fue cerca.
La clave de la superioridad nítida del local fue el notable rendimiento de Acevedo, que se erigió en el patrón del mediocampo y recibió una gran colaboración de Fredes y Mancuello para recuperar rápido. A los 20, Núñez recibió en soledad una asistencia de Acevedo y enfrentó a Campestrini. Era el primero, pero el ex Argentinos definió al cuerpo del arquero. Poco antes, el mismo Núñez y Vella habían probado sin suerte con remates desde afuera del área.
Hasta que llegó la merecida ventaja para el Rojo. Piatti fue derribado a punto de entrar al área y Núñez se hizo cargo del tiro libre. A modo de revancha por las chances perdidas, el delantero puso el primero con un potente remate y festejó su tercer tanto consecutivo. La hegemonía del anfitrión se tomó un descanso en el cierre del primer tiempo y Arsenal estuvo muy cerca de lograr la igualdad. Pero entre Gabbarini, el travesaño y la llamada “suerte de campeón” impidieron el empate. Y a los 43, Silvera recibió un genial pase de Piatti en el área y casi estampa el segundo.
El segundo periodo fue monotemático y tuvo como neto dominador a Arsenal, que aprovechó el insólito repliego de su rival y se lanzó hacia Gabbarini. Tal como había sucedido en el final de los 45 minutos iniciales, los laterales de Independiente empezaron a dar ventajas que aprovecharon los mediocampistas externos del visitante. Las combinaciones entre Poggi y el ingresado Mosca a espaldas del desordenado Vella fueron los caminos que eligieron los de Burruchaga para lograr el empate.
La imagen de Independiente, que ya no presionaba en la salida, se fue desdibujando cada vez más ante los embates plagados de esperanza de Arsenal. Una vez más, apareció ese equipo que dejó dudas luego de ponerse en ventaja en los partidos ante Racing y Estudiantes. Y una vez más, dijo presente Gabbarini, una valla invulnerable para Obolo, Leguizamón, Jara y todos sus compañeros. También fue determinante el aporte de Tuzzio, que jugó con una molestia física y colaboró con el arquero hasta más no poder.
El ingreso de Vittor por Fredes y el armado de un 4-4-2 fueron maniobras impulsadas por Gallego que ahondaron la actitud defensiva del líder, que terminó jugando con una línea de cinco. La idea de contragolpear tampoco prosperó, más allá del disparo sobre el final de Gracián que forzó una volada de Campestrini. La dramática espera hasta el último pitazo de Pittana pareció interminable para cada hincha de Independiente, que soltó un grito desaforado cuando el 1-0 ya estaba consumado.
A nivel numérico, el Rojo sigue consolidándose como el mejor e hilvanó seis triunfos en los últimos siete encuentros. Con pequeños retazos de buen fútbol y el notable momento de Gabbarini, por ahora le alcanza para seguir soñando con gritar campeón tras ocho años de sequía.