Chile está devastado por el terremoto, uno de los más feroces de su historia, y el mundo en alerta por las posibles réplicas y desencadenamiento de tsunamis en el Océano Pacífico.

Al menos 300 muertos, dos millones de damnificados y graves daños en infraestrucutra es el saldo preliminar del terremoto de 8,8 grados de magnitud que azotó el sábado a Chile y que generó alertas de tsunami para todos los países del Pacífico.

En Japón, las autoridades dispusieron este domingo la evacuación de 320.000 personas en tres prefecturas del norte del país luego de que la zona portuaria de la ciudad de Nemuro, en la isla de Hokkaido, fuera inundada por marejadas, según mostraron
imágenes de la televisión.

in embargo, poco después el Centro de Alertas de Tsunami del Pacífico, un organismo estadounidense con base en Hawai, cesaba el alerta dispuesto para todos los países con costas en ese océano, a más de 24 horas de haberse registrado el terremoto en el país sudamericano.

El sismo deja hasta el momento más de 300 muertos en Chile, informó la directora de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), Carmen Fernández, al dar a conocer un reporte de situación en la noche del sábado, mientras miles de personas dormían en las calles en varias ciudadades del centro-sur de Chile.

El potente temblor y sus más de 60 fuertes réplicas, que provocó ingentes daños materiales en rutas, edificios y residencias particulares, provocó pánico entre la población y llevó a que miles de personas optaran por pernoctar al aire libre en la noche del sábado al domingo.

En un mensaje a la Nación, la presidenta Michelle Bachelet confirmó el sábado que hay "dos millones de damnificados" en todo el país.

"Fue un terremoto de gran fuerza", señaló la jefa de Estado, sobre una tragedia cuya dimensión, dijo, "aún no se puede cuantificar del todo".

En tanto, Fernández también dijo que tras el sismo se produjo un tsunami en el litoral sur chileno. Olas gigantes entraron hasta el casco central de la ciudad de Talcahuano (unos 500 km al sur de Santiago).

Un tsunami arrasó además con la pequeña isla chilena de Robinson Crusoe, a 700 km del continente, donde aún se evalúan daños y el número de víctimas.

Las imágenes mostraban la magnitud del desastre en las zonas afectadas: puentes destruidos, edificios a punto de colapsar, decenas de construcciones dañadas, calles obstruidas por escombros y gente en la calle sin atreverse a entrar en las viviendas.