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21 de noviembre de 2024
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Aunque la echaron, Parrilli reclama su sueldo de jueza
La desplazada jueza de faltas, quien amenazó y discriminó a dos empleadas municipales, exige que le abonen su salario porque "tiene carácter alimentario"
11 de febrero de 2010
Rosa Elsa Parrilli, la jueza destituida en diciembre por haber insultado a dos empleadas luego de que una grúa se llevara su automóvil, hizo una presentación ante el Consejo de la Magistratura para seguir cobrando el sueldo.

Fuentes judiciales informaron que los argumentos de la ex magistrada son que tiene una licencia por enfermedad vigente, que su salario "tiene carácter alimentario" y que el fallo no está firme.

En relación a eso, Mauricio Devoto, presidente del Consejo porteño, dijo en Radio 10 "que esas son interpretaciones que hace la doctora" y que el Consejo "las analizará seguramente esta tarde cuando salga el tema".

"Desde el punto de vista del organismo, se entiende que con la notificación de los fundamentos del fallo de la destitución no le corresponde cobrar más el sueldo", completó Devoto.

El 15 de septiembre de 2009, una grúa remolcó un Volkswagen Gol perteneciente a la entonces titular del juzgado 28, el cual estaba estacionado casi en la ochava de Rodríguez Peña al 400. El vehículo fue derivado hacia la playa de infractores del Obelisco, en el subsuelo de 9 de Julio y Sarmiento. Hasta allí fue la ex jueza, quien agredió verbalmente y discriminó a las dos agentes de tránsito del gobierno de la Ciudad que hacen el trámite de verificación de la documentación.

Las agredidas en cuestión eran María Itatí Albe y la responsable operativa del área, Rocío Marlene Gómez . Hacia ellas se dirigió Parrilli a los gritos y con amenazas, según se pudo verificar por las cámaras de seguridad que la empresa de grúas SEC instaló en el lugar ante las agresiones de los automovilistas.

La jueza llegó al lugar y, pese al buen comportamiento y a la buena predisposición de las jóvenes para ayudarla a solucionar el problema, las trató de "tontas" y, dirigiéndose a Albe, aclaró que ella no debe pagar por el cargo que posee. "Señorita, venga acá, la que mando acá soy yo, no tengo que pagar como no pago nunca en la vida", dijo la magistrada.

Luego, como vio que debía abonar la multa de todas formas, se dirigió al edificio municipal ubicado en Carlos Pellegrini al 200 para ver a un controlador de faltas, que le perdonó la sanción y el acarreo, un total de 190 pesos.

Finalmente, volvió al lugar donde estaban las jóvenes y, a los gritos, disparó: "Ganan $1.200 para joder a la gente. Todas morochas, ni una rubia contratan (…) Te hubiera metido un cachetazo por hacerme perder el tiempo, no te das cuenta tontita que te dije que acá mando yo".