La medida ya despertó una polvareda de críticas de los comercios. Los empresarios de venta de bebidas a domicilio dicen que su horario de mayor trabajo es entre la 1 y las 4
Hoy entra en vigencia la ley que establece nuevas restricciones horarias para la venta de alcohol en la Ciudad. Sin embargo, ya en sus primeras horas afronta una posible traba: las empresas de delivery de bebidas presentaron amparos en la Justicia, ya que consideran que la norma los discrimina porque les impide trabajar después de la medianoche cuando otros lo hacen.
"Ya presentamos 14 amparos ante la Justicia Contencioso Administrativa de la Ciudad, estamos por llevar otros tres y seguramente en los próximos días se sumarán más empresas. La ley viola el derecho a trabajar, lesiona los derechos adquiridos de los empresarios que invirtieron en el negocio, y además los discrimina, ya que los delivery de alcohol tienen horarios más restrictivos que los bares y restoranes. Algunos artículos de la norma son inconstitucionales", explicó Florencia Alemanno, la abogada de los empresarios de delivery, consultada por el diario Clarín.
Para entender el conflicto hay que volver a 2003, cuando el Gobierno de Aníbal Ibarra prohibió, por decreto, la venta de alcohol en quioscos y estaciones de servicio, y limitó hasta las 23 el expendio en almacenes y súper. Así, surgieron empresas que ofrecían bebidas a domicilio. Pero el año pasado el macrismo impulsó un prohibir el delivery después de las 22. La Legislatura lo convirtió en ley, aunque con un tope horario a las 24. Y estableció que los bares, restoranes y boliches pueden vender alcohol hasta las 5 de la madrugada.
Justamente por esa diferencia horaria es que los empresarios de delivery reaccionaron. "Nuestro horario de más actividad es de 1 a 4 de la mañana, con lo cual esta ley nos obliga a cerrar. Nosotros invertimos y creamos trabajo con una actividad permitida por la ley, y ahora nos cambian las reglas de juego. Queremos que al menos nos dejen los mismos horarios que a los otros comercios", aseguró Gabriel Viotto, dueño de la firma Non Stop. Las empresas más grandes montaron la página Web www.sialdeliverydebebidas.com, donde ya juntaron casi 1.600 firmas contra la nueva ley.
Cuando se aprobó la norma, los legisladores explicaron que el motivo para prohibir el delivery era evitar la venta a menores y principalmente que los jóvenes no abusaran del alcohol en las "previas", los encuentros en los hogares donde toman antes de ir a bailar. Por el contrario, otros afirmaron que la ley viola el derecho de cualquier adulto de comprar una bebida y tomarla en su casa, lo que a todas luces es un acto privado.
Además, la norma parece muy difícil de controlar. Vanesa Berkowsky, directora de Fiscalización de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) reconoció que "los inspectores no tienen autoridad para detener a una moto y obligarle a abrir la caja para ver si lleva una bebida. Los operativos tendrán que hacerse con la Policía". Los empresarios del delivery afirman que esta norma terminará incentivando un mercado negro.
Cuáles son los nuevos horarios
Los comercios gastronómicos podrán vender alcohol hasta las 5 de la mañana. Los clientes que ya hubieran comprado una bebida podrán tomarla hasta las 5.30. Recién a las 10 quedará nuevamente habilitada la venta.
Los boliches deberán cortar el ingreso de público a las 4. La venta de alcohol se permitirá hasta las 5. Y a las 7 deberán cerrar.
Las multas por no respetar estos horarios serán de entre $ 10.000 a 50.000.
Además, los comercios gastronómicos que quieran vender alcohol deberán tramitar una licencia especial, tal como pasa en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, durante el primer año la obtención de esa licencia será gratuita.
Berkowsky explicó: "Comenzaremos los operativos el viernes, para controlar los horarios de funcionamiento de los boliches. Luego haremos inspecciones por sorpresa en los distintos comercios gastronómicos". En la Ciudad funcionan 102 boliches.
El año pasado, la AGC clausuró 201 quioscos por vender alcohol, y 263 locales de distintos tipos donde se organizaban bailes sin la habilitación municipal.