Arsenal hizo trizas las ilusiones de Racing de volver al triunfo, luego de la derrota ante Colón, y dejó al equipo de Vivas con más dudas que certezas, sobre todo de mitad de cancha hacia atrás. En un partido repleto de situaciones de peligro, el equipo de Burruchaga se impuso por 4-2 en el Cilindro de Avellaneda, luego de estar abajo en dos ocasiones.

La Academia, nuevamente arrastrado por su gente, se puso el traje de protagonista desde el comienzo y evidenció sus ganas de meter al visitante contra su arco. No pudo hacerlo con precisión, pero encontró por arriba las respuestas que no llegaban por abajo. A los nueve minutos, Castromán la puso en el punto del penal con un tiro libre y Cahais, absolutamente solo -estaba habilitado- decretó el 1-0 de cabeza.

Hasta ese momento, el local era más porque su rival estaba demasiado metido atrás y no se animaba a salir. Pero a los 13, el equipo de Burruchaga empezó a evidenciar los serios inconvenientes defensivos de su rival con pelotazo muy largo que derivó en un mano a mano de Jara que tapó muy bien De Olivera, una de las grandes figuras del partido.

La Academia tenía la pelota, pero Arsenal era sumamente punzante de contra. A los 20, Obolo llegó por detrás de todos en un envío cruzado y metió un tremendo cabezazo a quemarropa que el arquero de Racing sacó al córner a puro reflejo. Y finalmente, a los 25, llegaría el empate: Jara enfrentó a Ayala -de flojísimo rendimiento-, lo dejó parado y fusiló a De Olivera con un potente derechazo.

Hauche jamás logró desequilibrar, Castromán se mostró impreciso y Bieler estuvo lejos de cualquier acción de peligro. Además, el mediocampo local fue un lugar de paso y Arsenal aprovechó todo ese terreno para herir una y otra vez ante una línea de tres totalmente desequilibrada. Galván lo tuvo con un disparo que murió en los pies de De Olivera y el uno volvió a salvar de manera brillante sobre el final tras un derechazo de Jara.

Se esperaba a un Racing más equilibrado para la segunda parte. A esto apostó Vivas con el ingreso de Ledesma por Falcón, y su equipo respondió a los 15 minutos. Castromán tocó para Bieler y el ex Liga de Quito se la entregó a Hauche, quien definió frente a Campestrini para decretar el 2-1. Y la Academia tuvo el tercero a los 20, pero en esta oportunidad el uno le ganó la pulseada al Demonio.

El local no era brillante, pero tenía la pelota y parecía encaminarse a la victoria. Sin embargo, Arsenal se adelantó unos metros para ir a buscar el empate y, sin demasiado esfuerzo, lo consiguió a los 27. Galván recibió absolutamente solo en la puerta del área, tras una seguidilla de toques, y la clavó contra el poste derecho de De Olivera para estampar el 2-2 transitorio.

Allí aparecieron nuevamente las dudas en la Academia, que volvió a adelantarse de manera desordenada y le entregó muchos espacios a Jara. El joven delantero perdió dos mano a mano con De Olivera, que seguía siendo la gran figura. En lugar de refugiarse frente a estos avisos, Racing se desprotegió y nunca se acomodó atrás. Por eso, a los 40, Poggi la puso adentro y Obolo la empujó para sentenciar el 3-2. Un baldazo de agua congelada.

Totalmente herido, ya con Grazzini en cancha, el local no encontró respuestas y bajó totalmente los brazos. Jamás encontró una paridad en su juego y menos la encontraría en los minutos finales, tras recibir tan duro cachetazo. En la última, a los 44, hasta De Olivera falló y dejó un rebote al medio, tras un tiro libre de Yacuzzi, para que Obolo decretara el resultado final.