El primer ministro italiano aseguró que "cuanto menos inmigrantes, menos criminales", al considerar que los indocumentados son sinónimo de inseguridad
El primer ministro italiano sembró la polémica con sus declaraciones al encabezar una reunión con su Consejo de Ministros sobre inseguridad. Consideró que la presencia de indocumentados demanda mayores recursos para combatir el delito.
"Una disminución de los extracomunitarios en Italia significa menos fuerzas que van a engrosar las filas de las organizaciones criminales", aseguró el jefe del Ejecutivo italiano tras una reunión del Consejo de Ministros, que se celebró en la ciudad sureña de Reggio Calabria y durante la que el gobierno aprobó un plan antimafia.
Berlusconi destacó la importancia de la lucha contra la inmigración ilegal que llega a las costas de Europa, al tiempo que pidió que la Unión Europea (UE) asuma parte de los costes que supone frenar este fenómeno.
"Estamos llevando a cabo una actuación muy fuerte respecto a la Unión Europea, que debe hacerse cargo del coste que Libia y otros países del Mediterráneo soportan por realizar la labor de vigilancia de los clandestinos que llegan de África", manifestó Berlusconi.
El mandatario subrayó que los países mediterráneos frenan y se ocupan de la repatriación de las personas provenientes del interior de África dirigidas a las costas europeas; unas acciones que comportan un coste "que debe ser soportado no sólo por los países ribereños de la UE, sino por toda la Unión".
"A partir de febrero me ocuparé de este problema con el objetivo de conseguir que la UE se haga cargo de reembolsar los costes" a los países a orillas del Mediterráneo, explicó Berlusconi.
En esta misma línea, se expresó el ministro del Interior, Roberto Maroni, que pidió que la UE "se haga cargo" de las acciones que lleva a cabo Italia en favor de todos los países miembros.
El número de inmigrantes que llegan a las costas italianas de forma irregular se ha reducido en un 74%.