La diputada Gabriela Michetti (Pro-Capital) es, tal vez, una de las pocas dirigentes políticas que decidieron no tomarse vacaciones y que trocó la playa por la pileta de su hermana, a sólo unos metros de su casa. "No me da para irme, la situación del país está muy complicada", explica la ex vicejefa del gobierno porteña, en línea permanente con sus colegas de la oposición durante una acalorada tarde porteña.

El tema, ineludible, es la crisis que desató el Gobierno con su intención de pagar con reservas del Banco Central deudas con sus acreedores privados y el pedido de remoción de Martín Redrado del BCRA.

"La solución de este problema debe darla la política por medio de la representación de la sociedad en el Congreso. Si el oficialismo no quiere sesionar durante el receso, la oposición está perfectamente habilitada para autoconvocarse, ya que el Gobierno tomó la medida de apelar a las reservas por medio de un DNU", enfatizó, en diálogo con LA NACION en su domicilio.

-¿Cree que el presidente del Banco Central, Martín Redrado, debe permanecer o irse de su cargo a partir de su conflicto con el Gobierno?

-La situación generada entre el Gobierno y el Banco Central es muy grave y compleja. Ahora yo prefiero no adelantar la posición personal; creo que ésta es una decisión que debe adoptar la oposición en su conjunto. Hay que verla en su totalidad con todos los bloques de la oposición.

-¿Cómo observa la actitud tan activa del vicepresidente Julio Cobos en este conflicto?

-Cobos se halla en un punto de equilibrio muy difícil entre su rol institucional y político. No cruzó todavía el límite, pero está muy cerca de hacerlo, con lo cual más temprano o más tarde deberá renunciar si pretende seguir fogoneando su rol político.

-Cambiando de tema, ¿no cree que Mauricio Macri derrochó un enorme capital político en poco tiempo con las designaciones frustradas de Jorge Fino Palacios (en la Policía Metropolitana) y de Abel Posse (en el Ministerio de Educación)?

-No niego que eso esté instalado en el microclima político. Pero otra cosa es lo que piensa la gente, que mantiene un lazo muy positivo con nosotros y nos sigue alentando. Es cierto que en este último tiempo hemos tenido defectos de gestión y, trazando un balance, está claro que a futuro no debemos crear nosotros mismos las controversias, por más convencidos que estemos de algo. Pero estamos convencidos de que en dos años se ha hecho mucho más que en los últimos diez: en materia de educación, con la obligación de la enseñanza del inglés; la creación de una policía propia; el espacio público mejoró mucho. Tuvimos muchos logros; por ahí no hemos sido inteligentes en la comunicación.

-¿Qué le aconsejaría a Macri, ser candidato a presidente o buscar la reelección en la ciudad de Buenos Aires en 2011?

-Lo que Mauricio debe hacer es concentrarse más en que la gestión sea cada vez mejor y que, desde allí, construya su candidatura, ya sea para la presidencia o para un nuevo mandato en la ciudad. Creo que no es tiempo de adelantar postulaciones ahora; es anacrónico.

-¿Usted todavía aspira a ser jefa del gobierno porteño en las próximas elecciones?

-No voy a trabajar por eso hoy; mi cabeza no está puesta en candidaturas. Pero es una posibilidad que me resulta atractiva para un futuro político. Yo voy a seguir involucrada en la gestión; yo desarrollé mi vocación política en la ciudad y lo seguiré haciendo.