Boca es un hervidero, aunque jugadores, cuerpo técnico y dirigentes busquen disimularlo.

Tras caer por segunda vez consecutiva ante River, el equipo llegó a Buenos Aires proveniente de Mendoza, donde Carlos Bianchi se negó a asumir la dirección técnica como querían los dirigentes y dio un paso al costado. El plantel no habló con la prensa.

Los jugadores pasaron en una ordenada fila india sin abrir la boca. Lo mismo que el presidente, Jorge Ameal.

¿Y Bianchi? "¿Sabés la paz que tengo?", le dijo el ex manager a un grupo de periodistas que esperaban por su palabra.

"Por la tarde voy a hablar", dijo Ameal apenas pisó el aeropuerto Jorge Newbery, en Buenos Aires. Si bien esta tarde será la conferencia de prensa oficial para indicar la salida de Bianchi, en Boca todo es puro hermetismo.

La salida de Alfio Basile dejó secuelas. Porque también Bianchi dejó la institución. Y mientras los dirigentes se apuran para concretar la llegada del nuevo entrenador (Cagna es el más firme candidato), en Boca todo es silenzio stampa.