El constructor de automóviles General Motors comunicó este jueves a los sindicatos su intención de cerrar la fábrica de su filial Opel en Amberes (Bélgica) y despedir a sus 2.300 empleados, anunció a la AFP un responsable sindical.

"La dirección comunicó durante el consejo empresarial su intención de proceder al despido colectivo de los 2.300 empleados y al cierre de la planta", declaró por teléfono Walter Cnop, un responsable del sindicato cristiano CSC.

"Es un drama total para los trabajadores y la industria belga", lamentó Cnop, denunciando la "arrogancia" de la dirección por basar su resolución en "elementos políticos y no económicos".

La fábrica de Amberes estaba considerada desde el principio como la más amenazada, aunque también están en peligro miles de empleos en Alemania y en menor medida se esperan reestructuraciones en otros países como España.

Los sindicatos belgas, que temían el anuncio del cierre, iniciaron el miércoles por la tarde un bloqueo de la planta para impedir la salida de los autos nuevos. La medida se mantiene por ahora, precisó Cnop.

"Es nuestra arma de guerra", remarcó.