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21 de noviembre de 2024
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Sabina hizo vibrar la Bombonera
El cantante español presentó frente a 40.000 fanáticos su nuevo trabajo Vinagre y rosas. Los detalles de un impecable concierto donde no faltaron los clásicos de siempre
21 de enero de 2010
Joaquín Sabina renovó anoche su incansable romance con el público porteño. Esta vez el motivo fue la presentación de su flamante disco Vinagre y rosas, última producción discográfica que compuso íntegramente junto al poeta Benjamín Prado.

Con este trabajo el madrileño fue a reencontrarse con la mística cancionera perdida gracias a su felicidad doméstica. Ya con este puñado de canciones -nueve de los 13 estrenos deambulan por este concierto- Sabina se lanzó a la ruta para recorrer diferentes ciudades de la Argentina y hacer su ya clásica parada en el estadio de Boca Juniors, que luce a lleno, para disfrutar nuevamente de ese idilio que tiene con los argentinos.

El músico abrió el concierto con su nuevo corte, "Tiramisú de limón", uno de los temas bandera de su último disco, que sirvió de punto de partida para una larga lista de canciones, compuesta por 30 temas y transitadas, casi sin descanso (salvo cuando dejaba tocando a su banda), por más de dos horas.

El cantautor apeló a todos sus gestos habituales de complicidad con la gente y transformó el gran estadio en un pequeño bar para disfrutar de sus clásicos. Los himnos sabineros ("Y sin embargo", "Peces de ciudad", "Calle Melancolía" y "El bulevar de los sueños rotos", entre otros) generaron un karaoke colectivo, mientras que las flamantes "Viudita de Clicquot" y "Parte meteorológico" fueron muy bien recibidas por la multitud.

Acompañado por una banda afiatada, integrada por sus laderos Pancho Varona y Antonio García de Diego, que capitanearon el sonido limpio de sus temas, tuvo espacio para las bromas, los homenajes y los juegos teatrales junto a la nueva corista Marita Barrios, quien, vestida de prostituta, se metió en el personaje de "Una canción para la Magdalena".

Con una puesta en escena (la misma que viene presentando en otras ciudades del interior) que reproducía un paisaje urbano de terrazas, antenas de tv y cañerías al descubierto, el músico hizo foco en su particular estilo dylaniano de voz agrietada para cantar sus temas.