Estudiantes es el primer campeón del verano: venció 4-1 al equipo dirigido por Basile, que abrió una gran preocupación por su rendimiento
La actuación de Boca en este triangular dejó una clara sensación de incertidumbre, reflejo, si se quiere, de sus rendimientos en 2009. Se anhelaba una recuperación en esta ciudad, un bálsamo para sepultar los comentarios adversos. Pero se marchó con una derrota por 4-1 frente a Estudiantes, que como campeón de América y subcampeón del mundo se empeña en mantener su fantástica realidad.
Aún provisto de apellidos que serán titulares en el campeonato y con suplentes que buscan ensamblarse con los hombres de experiencia, Boca rápidamente entendió que Estudiantes no resultaría un trámite fácilmente salvable. Principalmente porque le faltó equilibrio y seguridad en el fondo y porque no tuvo salida ni búsqueda ofensiva.
Con un libreto firme y por momentos vistoso, los dirigidos por Alejandro Sabella se abrazaron al juego a un toque, con Sebastián Verón como abanderado, apoyado sobre un sostenido despliegue físico para intentar presionar en todos los sectores de la cancha.
Aunque también expusieron decisión para manejar los avances rápidos y certeros en busca del arco de García, al que inquietaron varias veces en el primer tiempo (dos tapadas a Leandro González y un cabezazo desviado de Desábato). Y en un primer tiempo friccionado, en el que debió salir Enzo Pérez, candidato a integrar la lista de Diego Maradona para el amistoso del 26 de este mes, frente a Costa Rica, por un fuerte golpe en la espalda.
La intención de Boca por mejorar se desvaneció. No se dio el asedio del conjunto dirigido por Alfio Basile. Fundamentalmente, porque Estudiantes no lo permitió, y porque el conjunto xeneize pensó más en cerrar sus líneas ante tanto espacio que dejaba libre que en controlar la pelota.
No se podrá negar que hubo entrega en el perdedor, pero eso no redundó en un buen juego, en la generación de ideas, en la elaboración precisa. La acción más peligrosa del primer tiempo frente Agustín Orion fue un despeje en contra de Desábato, pero que Federico Beligoy anuló por posición adelantada de Colazo. Las otras fueron en el segundo período: un cabezazo desviado de Lucas Viatri y el descuento del delantero a poco para el cierre.
Los perfiles de ambos equipos se mantuvieron después del entretiempo. De entrada, Hugo Ibarra sacó sobre la línea un cabezazo de Desábato. Y en la jugada siguiente, González desbordó ante la estática defensa xeneize, que dejó en soledad a Maximiliano Núñez para decretar la apertura del marcador, que se amplió en favor de Estudiantes con los golazos de media distancia de Michael Hoyos y de José Sosa, y la buena definición de Morales Neumann.
Alarmado y tensionado quedó Boca después de la lección que le propinó Estudiantes. Tendrá que exponer un serio y rápido replanteo para soñar con ser un equipo más confiable.