Lo resolvió un tribunal de San Francisco que revocó una sentencia anterior que sostenía que el iPod puede causar pérdidas auditivas. La polémica seguirá y las ventas también
Los demandantes argumentaban que los auriculares del iPod están concebidos para entrar profundamente en el conducto auditivo y reprochaban que el aparato no lleva un contador de decibelios o un sistema de aislamiento del ruido aunque es capaz de emitir hasta 115 decibelios.
El tribunal recuerda que Apple adjunta un aviso preventivo sobre un uso excesivo del aparato y concluye que, en última instancia, es responsabilidad del propietario del aparato no abusar del mismo. Los demandantes trasladaban su queja a la pérdida económica que supone tener un iPod sospechoso de causar sordera.
La Unión Europea, preocupada por los efectos nocivos que puede tener una audición prolongada a través de auriculares, prepara una propuesta para que este tipo de lectores de mp3 limiten sus emisiones a 80 decibelios aunque podría desbloquearse por parte el propietario y bajo su responsabilidad.