El arzobispo de Buenos Aires cuestionó el aborto y el matrimonio gay, pidió "no dejarse engañar por ídolos" y recuperar el "sentido religioso" de la Navidad
Como es habitual, referentes de la Iglesia aprovecharon sus mensajes de la Misa de Gallo para expresar preocupación por distintos temas que atraviesan la realidad nacional.
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, cuestionó el aborto y el matrimonio gay, pidió "no dejarse engañar por ídolos" y recuperar el "sentido religioso" de la Navidad.
Por su parte, el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, centró su mensaje navideño en transmitir preocupación por la pobreza. "Hay muchos hermanos nuestros que viven en circunstancias de carencias materiales y espirituales", dijo.
Idolos. "El pueblo siempre tuvo la tentación de caer en idolatría. La historia no cambia: hoy nos pasa lo mismo. Tenemos oscuridades en el corazón, oscuridades en la familia, en la ciudad, en el país y en el mundo. Oscuridades existenciales que las queremos solucionar con más oscuridades", aseguró Bergoglio durante el sermón de la Misa de Gallo en la Catedral metropolitana.
Enseguida, exhortó a los argentinos a no dejarse "engañar por los ídolos que no nos pueden prometer absolutamente nada", ni por "luces que no son verdaderas, farolitos de artificio, o por grandes fuegos artificiales que iluminan un minuto y después se van".
Por el contrario, el arzobispo propuso dejarse iluminar por "la luz mansa de Dios, que ilumina con mansedumbre y con paciencia".
En este punto aludió, aunque sin mencionarlo directamente, al aborto. "Acaso una madre se puede olvidar del hijo que lleva en sus entrañas. Aunque una madre se olvidará, yo no me voy a olvidar de vos", dijo citando al profeta Isaías.
También fue elíptico respecto del matrimonio entre personas del mismo sexo. "Las oscuridades de la familia pretenden solucionarse con más oscuridades", planteó. Enseguida pidió "a los argentinos" que "se dejen querer por el amor tierno, tan de madre y de padre con el cual Dios se manifiesta".
Secuestro. En otro tramo del sermón, pidió recuperar el espíritu original de la celebración de la Navidad. Cuestionó que en las Fiestas "prime el sentido comercial por sobre el verdadero sentido que es el religioso" y advirtió: "Nos han secuestrado la Navidad".
En esa línea, agregó: "Parece que la Navidad es correr detrás de las lucecitas, colmar los shoppings abiertos hasta las 4 de la mañana, todos apurados y con la cabeza en mil cosas".
Recordó que el sentido de la Navidad es "la luz de Dios en medio de las tinieblas" y llamó a "rescatar la Navidad del secuestro". "Hay que rescatarla. Rescatarla abriendo el corazón a la luz a través de la señal: Un niño, que nos marca la ternura de Dios", concluyó.
Mirada. En Santa Fe, Arancedo hizo una invitación a "mirar" a quienes sufren la pobreza. "Nuestra mirada se dirige en este día a Jesucristo, que nació en la humildad y el silencio para enseñarnos el camino de Dios. Pero no podemos dejar de mirar esa otra realidad tan cercana y dolorosa, que es la situación de muchos hermanos nuestros", planteó.
Y añadió: "Ellos son los destinatarios preferidos del amor de Dios. Conocemos esas circunstancias y tal vez nos acostumbramos a que el mundo sea así. Se adormece nuestra conciencia y convivimos en un mundo que aparenta crecer y vive la sola expectativa de un consumo mayor, pero que deteriora y pisotea la dignidad de la imagen de Dios en el hombre", dijo.
El arzobispo santafecino trazó entonces un panorama preocupante. Advirtió sobre "el drama de la pobreza, la desocupación y la marginalidad, el flagelo de la droga y aumento del juego, el clima de inseguridad y el desprecio por la vida; el negocio de la prostitución que avanza sobre la adolescencia y no encuentra una suficiente reacción moral en la comunidad".
Planteó que "frente a este drama social y cultural ellos [los niños] no encuentran en la sociedad la necesaria ejemplaridad ni el camino de una propuesta que les presente la grandeza y el sentido de una vida fundada sobre la solidez de la verdad y la solidaridad".