En los pequeños negocios minoristas las operaciones crecieron entre 20% y 25%, mientras en los shoppings subieron 30% interanual, debido a promociones
El Presidente de Fedecámaras, Rubén Manusovich, destacó que los descuentos que hicieron las grandes cadenas con las tarjetas de débito y crédito "motorizaron este shock de consumo".
También influyeron "la gran cantidad de dinero que se volcó al mercado interno, producto de la asignación universal por hijo, la suma fija a los jubilados y los aguinaldos".
Los alimentos y bebidas alcohólicas, los juguetes y la indumentaria fueron los productos que más facturaron, seguidos por los artículos de cosmética y perfumería, calzado deportivo, trajes de baño y teléfonos celulares, entre otros.
Según lo informado en un comunicado de prensa, los shoppings trabajaron a "full durante la madrugada, lo mismo que los comercios ubicados en las grandes avenidas comerciales de la Capital Federal, como Santa Fe, Cabildo, Rivadavia y Pueyrredón, Entre Ríos, San Juan y otras".
El valor de la unidad de compra (precio promedio de cada regalo) fue establecido en $40 para los sectores de menores recursos, $70 para los medios y $1000 para el segmento con más poder de compra.
"El movimiento comercial ha sido inusitado en los paseos de compras alternativos, con precios más económicos el caso de las ferias de la zona de La Salada (Ingeniero Bunge) y el Mercado Central (La Matanza)", agregó Manusovich.
Por último, destacó que "se agotaron las reservas en los restaurantes para la tradicional cena de Nochebuena y prácticamente no quedaron habitaciones disponibles en los hoteles, producto de la gran cantidad de turistas extranjeros que, favorecidos por el tipo de cambio, eligieron pasar las fiestas en esta capital, llegaron mayoritariamente de Brasil, Chile y Europa, en este caso a bordo de los cruceros".