Desde hace varios meses, Pepe Albistur estaba en la cuerda floja debido a las investigaciones por enriquecimiento ilícito y manejo irregular de la pauta oficial
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aceptó la renuncia del secretario de Medios de la Nación, Enrique 'Pepe' Albistur, quien hasta hoy dirigió la comunicación de Gobierno y la enorme caja de la pauta oficial kirchnerista.
Desde hace varios meses, el nombre de Albistur estaba en la cuerda floja debido a las investigaciones por enriquecimiento ilícito y manejo irregular de la pauta oficial que lo tenían en la mira de la Justicia.
Militante peronista desde su juventud, Pepe fue el publicista oficial del justicialismo desde el retorno de la democracia. Hizo, entre otras, las campañas de Luder, Menem, Grosso, Ruckauf y Kirchner. Pero fue Néstor quien le dio un despacho en la Casa Rosada y el poder de firma sobre una chequera infinita. Según los informes de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), el Estado elevó un 756% su gasto en publicidad durante la era kirchnerista, de los 46 millones iniciales a los 396 millones del año pasado.
A falta de normativa legal, Kirchner instauró un criterio que Albistur ejecutó con eficacia: canilla libre de avisos para los medios y programas "confiables" y pauta en cuentagotas o sequía absoluta para díscolos y críticos. La ADC fue contundente para definir esta práctica: "censura indirecta".
Esa arbitrariedad le trajo a cambio varias denuncias en la Justicia. Aunque los dolores de cabeza más grandes que aún le esperan en los Tribunales son por otras causas, en las que se lo acusa de privilegiar a sus empresas familiares en la contratación de campañas gubernamentales.
Los Kirchner siempre lo respaldaron. Pero después del 28 de junio, cuando determinaron que la comunicación había sido una de las causas de la derrota, comenzaron una serie de cambios en esa área del Gobierno. Desde entonces, Albistur comenzó a verse cercado. Por arriba, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández capturó la distribución de la pauta oficial. Y un escalón por debajo, Alfredo Scoccimarro desplazó al vocero Miguel Nuñez y se hizo cargo de la renovación comunicacional del oficialismo.