El presidente uruguayo "quiere un paraguas, distensión, que Botnia no contamine el resto de la relación estratégica con la Argentina", afirman desde el Gobierno
La papelera Botnia ya no entorpecerá la relación bilateral entre la Argentina y Uruguay. Al menos eso es lo que acordaron ayer la presidenta Cristina Kirchner y el presidente oriental electo, José Mujica, después de sus reuniones de anteanoche y de ayer.
Pero no hubo avances concretos en las reuniones acerca de cómo solucionar el conflicto que ya superó los tres años de duración. Habrá un paraguas y el caso de la la pastera pasará a ser "un tema menor", indicaron fuentes oficiales. Se lo calificará como "una pequeña discordancia" en un "amplio reracionamiento" bilateral. Para la Presidenta, se abrió "una nueva etapa" de diálogo.
Según anticipó ella a los enviados de medios argentinos, entre ellos LA NACION, "el próximo encuentro será el 1º de marzo", en esta ciudad, cuando Mujica asuma como presidente. Para entonces, ella vendrá junto a su esposo, el diputado Néstor Kirchner.
Los encuentros con Mujica no colmaron las expectativas creadas porque no se avanzó en concreto sobre el diferendo. La denuncia argentina por contaminación tendrá un fallo del Tribunal Internacional de La Haya, presumiblemente en marzo de 2010. Hasta entonces, no darán un paso más.
Tampoco Cristina Kirchner aceptó contestarle a dos periodistas uruguayos sobre si impulsará el levantamiento del corte del puente Gualeguaychú-Fray Bentos. Lo hizo de mala manera.
La Presidenta ya se había negado a hablar del diferendo en la conferencia conjunta con el presidente saliente de Uruguay, Tabaré Vázquez, donde debían cerrar la Cumbre del Mercosur. "Me parece impropio hablar con el logo del Mercosur atrás y ejerciendo la presidencia del bloque, sobre una cuestión bilateral y en ese marco se va a seguir desarrollando", dijo ante una pregunta de una enviada argentina de Canal 7.
Cuando dos cronistas de Uruguay insistieron, la Presidenta los cortó: "Creo que hay un problema de comprensión de texto o quizás el problema es mío que no me supe expresar".
Ni Uruguay relocalizará la fábrica emplazada en Fran Bentos, ni dejará de reclamar el desbloqueo del puente. Su gobierno no tiene margen para ello, según confiaron a LA NACION fuentes oficiales de ese país. Si no se levanta el bloqueo, la relación continuará tirante.
Pero Mujica necesita remontar el vínculo con la Argentina, cuentan sus allegados. Por culpa del conflicto, Uruguay perdió el apoyo argentino para financiar 90 millones de dólares que necesita para la interconexión eléctrica con Brasil y el proyecto, estratégico, está paralizado. El ex guerrillero tupamaro busca soluciones.
"Quiere un paraguas, distensión, que Botnia no contamine el resto de la relación estratégica con la Argentina", dijo una alta fuente argentina, de excelente diálogo con Uruguay.