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3 de diciembre de 2024
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Polémico aval de EE.UU. a las elecciones en Honduras
El gobierno de Obama cree que los comicios fueron un "paso necesario" para la normalización del país. Argentina demandó que no se reconozca el comicio por ser "ilegal"
1 de diciembre de 2009
El gobierno de Estados Unidos saludó y felicitó al conservador Porfirio Lobo por su triunfo en las cuestionadas elecciones hondureñas, convencido de que, con eso, no está encubriendo un golpe de Estado sino que, por el contrario, respalda "un paso necesario pero no suficiente" para la ansiada normalización democrática en el país centroamericano. En cambio, Argentina, Brasil, Chile, Venezuela, Cuba y otros rechazan los comicios y cualquier tipo de arreglo político basados en esa ilegalidad.

La posición nosteamericana quedó fijada de modo público por el nuevo secretario adjunto para América latina, Arturo Valenzuela, quien, de ese modo, debutó como elegido de Barack Obama para la región en reemplazo de Thomas Shannon, quien será el embajador de Estados Unidos en Brasil.

El gobierno de Estados Unidos "toma nota de las elecciones, vemos que Lobo las ganó y lo felicitamos; él va a ser el próximo presidente de Honduras", dijo Valenzuela en su primera conferencia de prensa en el Departamento de Estado, según el diario La Nación.

Washington dio, de esa manera, su respaldo oficial al resultado de las elecciones hondureñas del domingo, en las que el opositor Lobo logró la mayoría, de acuerdo con los cómputos locales.

Lo hizo incluso en medio de la controversia que el asunto suscita entre países de la región, diferencias que Valenzuela confía en que sean superadas pronto. "Estamos urgiendo a los demás países a que reconozcan el resultado de los comicios", dijo el nuevo funcionario.

En contraste con la toma de posición del gobierno de Obama, en medios locales llamó la atención el silencio, ayer, del titular de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza. La institución tiene previsto deliberar mañana en asamblea.

Valenzuela, en tanto, se esforzó en explicar la posición del gobierno de Obama como un intento de "buscar una salida" a la crisis hondureña, sin que esto signifique -subrayó una y otra vez- "amparar un golpe de Estado".

Pero reconocer las elecciones ¿no es un modo de alentar más golpes de Estado en la región?, se le preguntó a Valenzuela.

"Hay que buscar una salida para la crisis. Y, en todo caso, lo que estamos diciendo es que el reconocimiento del resultado electoral es una condición necesaria pero no suficiente para que Honduras recupere su normalidad institucional. Para eso, hacen falta más cosas, más elementos", dijo el chileno.

Se refirió así al "necesario respeto" a los demás puntos del llamado Pacto de Tegucigalpa-San José, que, además, requiere la formación de un gobierno de unidad; que el Congreso hondureño vote el retorno del derrocado Manuel Zelaya al poder y, por último, la conformación de "tribunales de la verdad", que investiguen responsabilidades en el "golpe de Estado" de junio pasado.

Por su parte, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner resumió enérgicamente la posición de los irreductibles. Después de elogiar las elecciones uruguayas señaló que esa mención "torna insoslayable el abordaje de otras pseudo elecciones" un "casi simulacro como en Honduras en el marco de la más absoluta ilegalidad democrática".