Aunque el Gobierno garantiza que no habrá problemas en verano, la generación de energía está condicionada por las lluvias que, luego de la sequía, dificultan la tarea
El brusco cambio climático que registran amplias zonas del centro y norte del país, que después de meses de extrema sequía afrontan lluvias, tormentas fuertes y altas temperaturas, comenzó en los últimos días a complicar el panorama eléctrico nacional.
En ese marco, los problemas climáticos dejaron la semana pasada fuera de servicio a la Central Nuclear Embalse, en Córdoba, y redujeron en 20% la generación de energía eléctrica en la represa argentino-uruguaya de Salto Grande. Y de acuerdo con las previsiones del Servicio Meteorológico Nacional, la situación está lejos de revertirse en el corto plazo, lo que podría complicar el cuadro. Ambas centrales aportan 17% de la energía al mercado eléctrico local, según pudo saber el diario El Cronista.
Desde el Gobierno, aseguran que el abastecimiento de energía está garantizado para el próximo verano, y que no habrá problemas para responder a la demanda derivada del crecimiento económico que se espera en 2010, pero distintos fenómenos climáticos podrían jugar en contra. “Generación de energía hay. Se sucedieron problemas puntuales de transporte en el NEA-NOA por las tormentas, pero ya están solucionados casi en su totalidad”, explicaron desde las oficinas de Planificación.
El primer alerta llegó el martes último, cuando la central cordobesa de Embalse tuvo que salir de servicio durante casi dos días, por “sólidos en suspensión que produjeron una obstrucción en la toma de agua del embalse, que se utiliza como fuente de refrigeración de los sistemas de la Planta”, indicó Nucleoeléctrica Argentina (NASA), operadora de las centrales nucleares del país.
Apenas unas horas más tarde, como consecuencia de las inundaciones en el norte del Litoral, que generaron crecida en los ríos y desbordes, la central de Salto Grande redujo en 20% la generación. Por esa situación, Uruguay no estuvo en condiciones de venderle electricidad a la Argentina, que suele cubrirse con Salto Grande cuando tiene alguna de sus centrales fuera de servicio.
Pero esta vez, con Embalse parada, la represa que une las ciudades argentina de Concordia con la uruguaya de Salto no pudo proveer energía adicional. “No tenía nada para entregar”, explicó Manuel Irigoyen, jefe del Departamento de Hidrología de la Comisión Técnica Mixta de la central.
La represa “está con una restricción técnica importante en la generación eléctrica”, dado que Salto Grande depende de factores climáticos por ser un salto de agua, explicó el ingeniero, quien consideró que “si deja de llover, la situación se estabilizaría en 20 días”.
Con las lluvias del último mes, sobre todo las del tramo superior de la cuenca, el río Uruguay vio incrementado su nivel, lo que disminuye el salto y por ende la generación eléctrica.
“No teníamos una creciente de esta magnitud desde 1998”, remarcó Irigoyen. El valor máximo del caudal del Uruguay alcanzó el lunes pasado casi 30.000 metros cúbicos por segundo, cuando su nivel óptimo es de 8.000, y una creciente promedio ronda en 18.000 m3/seg.
La preocupación de los expertos en el futuro inmediato de la generación eléctrica está dada en que a estos episodios se puedan sumar problemas en el sur. Es que, si bien las represas patagónicas vienen funcionando a máxima capacidad, hay alerta sobre posibles crecidas en los ríos. En ese marco, la represa hidroeléctrica Futaleufú, sobre el río Grande dentro del Parque Nacional los Alerces, en Chubut, está operando a “río vertido” (máximo de potencia) y registra un alto riesgo de crecidas. En los últimos días generó cerca de 11.350 megavatios/hora de energía, que fueron despachados en su totalidad al sistema interconectado nacional, muy por encima de su promedio. En igual situación se encuentran otras represas de la zona, como El Chocón y Piedra del Águila.