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3 de diciembre de 2024
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Alerta por altos índices de desocupación en Ciudad y GBA
En el último año se sumaron 187.000 desocupados al área metropolitana y la tasa se elevó del 11,2 al 14%. Construcción, la actividad que más acusó la crisis
30 de noviembre de 2009
La desocupación volvió a emitir la luz de alerta. Sólo en el área metropolitana de la ciudad de Buenos Aires y conurbano la tasa se elevó del 11,2 al 14%.

La estimación surge de los resultados de la encuesta hecha por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que sería de 187.000 personas, en la comparación entre los terceros trimestres de 2008 y de este año.

En ese período hubo, según ese estudio, una destrucción neta de 80.000 puestos. El otro factor que influyó para el alza de la desocupación fue que 107.000 habitantes se sumaron a la población activa (trabajan o buscan un puesto laboral). Este último hecho responde tanto al crecimiento demográfico como a la incorporación de más miembros de los hogares al universo de activos: son personas que buscan reemplazar ingresos de quienes perdieron su puesto, o bien reforzar los ingresos existentes.

El nivel de desempleo obtenido por el relevamiento es similar al que se había detectado en 2005, en plena etapa de recuperación del mercado laboral luego de la crisis de principios de siglo. Las conclusiones muestran también una caída de la tasa de empleo, del 59,5 al 58,1%, medido sobre la población de 18 y más años: ese índice, en rigor, viene en baja desde 2006.

En el conjunto de ciudades del interior donde se hizo la encuesta, la falta de trabajo afecta al 12,3% de la población activa. Y, en este caso, la caída del empleo fue más intensa. El trabajo se hizo en las ciudades de Córdoba, Rosario, Mendoza, Salta, Resistencia, Bahía Blanca y de Neuquén-Plottier.

Más allá de algunas diferencias metodológicas, los datos no son comparables con los que difundió la semana última el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El organismo afirmó que la desocupación se ubicó, en ese período, en el 9,1%, pero el dato es un promedio de todos los centros urbanos del país. En 2008, mientras que el Indec informaba una tasa del 8,5%en el área metropolitana, para el informe de la UCA el índice trepaba ya al 11,2%, más de un punto arriba de lo que se había estimado para 2007.

Además de la pérdida de puestos de trabajo ?que en los últimos meses se habría detenido, según comentó el investigador jefe del Observatorio Social, Agustín Salvia?, el trabajo de la universidad detectó un deterioro del mercado laboral en términos de la calidad de los puestos. En el total de las ciudades relevadas, el empleo pleno (puestos con protección de la seguridad social) cayó del 41,2 al 37,3% de las personas activas. También disminuyó el empleo precario, que se define como el trabajo realizado en forma regular, pero en la informalidad. Y, en cambio, creció el subempleo inestable, del 9,9 al 11,9 por ciento: allí se incluye a quienes realizan tareas eventuales, sin aportes sociales y con ingresos que están por debajo del valor de una canasta de alimentos básicos, que para el tercer trimestre fue estimado en $ 750.

Según analizó Salvia, el sector social más afectado por la crisis fue el de nivel socioeducativo medio bajo. A los fines del análisis, el trabajo de la UCA segmenta a la población en cuatro grupos, y fue el segundo (considerando del más bajo al más alto) el que más sufrió la caída de puestos, sobre todo de los considerados "plenos". En ese grupo, el desempleo se elevó del 12,6 al 20,9% en sólo un año. El hecho estaría vinculado con la reducción de los planteles de la construcción, que fue la actividad que más acusó el impacto de la crisis.

En los estratos medio y medio alto, el empleo pleno casi no cayó, incluso en algunos sectores aumentó. Es donde habrían dado más resultados las políticas de contención, como los programas de subsidios estatales otorgados a las empresas para evitar que se produjeran los despidos.

La caída de la calidad promedio del empleo quedó reflejada también en un incremento del porcentaje de encuestados que dijeron no tener aportes a la seguridad social. El índice creció, en el último año, del 49,6 al 54 por ciento. También se incrementó la cantidad de personas que experimentan una "sensación de inseguridad laboral". En el total de las ciudades relevadas, el 27,7% dijo temer la pérdida de su puesto, contra el 19,7% que se manifestó en ese sentido un año atrás.