Una mujer de 47 años y dos hijos volvía de hacer compras en una verdulería cuando dos motochorros le arrebataron la cartera, le pegaron un tiro en el pecho y huyeron como ratas
La mujer salió a hacer las compras después de almorzar. Pasó primero por la perfumería y luego fue a comprar unas verduras para la comida de la noche. Después de salir del último de los locales, caminó una cuadra y media y dobló hacia la calle donde vivía, una tranquila cortada de Parque Chacabuco. Hasta ese momento, no se había dado cuenta de que la venían siguiendo.
De repente sintió una frenada y se dio vuelta: dos jóvenes en un ciclomotor bordó le apuntaron con un arma y le manotearon la cartera. Se le escapó un grito y entonces uno de los ladrones le apuntó al pecho. Sólo se escuchó un disparo.La mujer quedó tirada en medio de la calle, agarrada a su bolsa de verduras.
Le habían sacado la cartera, donde sólo llevaba 20 pesos, las llaves y el celular. Murió antes de que llegara la ambulancia, rodeada por sus vecinos.Eran las 15.15 cuando Sandra Brickman (47) recibió el disparo.
Quedó tirada a metros de su casa, en el pasaje Carlos Echagüe 1328, una casa baja de tejas y dos ventanales al frente, a metros de Daract. En el barrio la conocían porque había vivido ahí desde siempre. Trabajaba como archivera en una obra social sindical desde 1983 y tenía dos hijos: Lucho, de 19 años, y Bruno, de 13.
"Los ladrones venían por Daract. Doblaron en Echagüe, la atacaron y siguieron de largo para el lado de Centenera. Mi mamá quedó ahí, convaleciente durante unos minutos, hasta que murió", le explicó Lucho a Clarín.
Los relatos de los vecinos fueron estremecedores. Contaron que tuvieron que tocar la puerta de la casa de la familia para avisar lo que había sucedido. "El marido de la mujer abrió la puerta y nos vio a nosotros, que no sabíamos qué decirle. Le señalamos el cuerpo y se acercó hasta donde su mujer había quedado tirada", explicó a Clarín una mujer de la cuadra.Los vecinos agregaron que los casos de arrebatos y hurtos se repiten muy seguido en la zona y que la gente ya se acostumbró a ese tipo de episodios. Pero que nunca habían vivido algo como lo que ocurrió ayer por la tarde."Un día es el kiosco o el almacén, al otro día le toca a la verdulería, y así. A mis hijas las agarraron del cuello un par de veces cuando bajaban del colectivo. Pero es mucho más peligroso que hechos violentos como el de Sandra se naturalicen", explicó Rubén, otro vecino de la zona.
En cuanto la Policía se llevó el cuerpo de Brickman, los vecinos del barrio se reunieron en el pasaje y aprovecharon la llegada de los medios para protestar por la inseguridad en la zona.
"No puede ser que pase esto. Acá somos gente muy trabajadora. Lo que ocurre es siempre lo mismo. Estamos a ocho cuadras de la villa 1-11-14 y allí hay muchos chorros. No quiero generalizar. Allí hay gente de trabajo, pero también muchos ladrones y narcotraficantes", señaló un hombre de unos 60 años.
En los últimos meses, la villa 1-11-14 fue utilizada por bandas que realizaban secuestros exprés en otros barrios de la Capital y utilizaban ese asentamiento para retener y luego liberar a sus víctimas. Durante este año, en la zona hubo protestas por asaltos a la salida de las escuelas.El crimen es investigado por la comisaría 12°. Se están haciendo rastrillajes en las cercanías del lugar del asesinato, pero hasta anoche no había detenidos.