Habrá un reempadronamiento de contribuyentes y será para los de menos ingresos. Se amplia el espectro de aportantes al aumentar el límite de ingresos
Con la media sanción de la Cámara de Senadores que faltaba, el Congreso convirtió en ley la reforma del Régimen de Monotributo propuesta por el Poder Ejecutivo, que amplia el máximo de ingresos que puede tener un monotributista en un 300% pero aumenta el costo del régimen para los eslabones de menores ingresos un 91%.
El nuevo monotributo se complementa con el reempadronamiento que dispuso la AFIP a partir del próximo año, con el pretexto de entregar el DNI impositivo que obliga al contribuyente a registrarse con foto, firma escaneada, huella dactilar y certificado policial de domicilio.
La mayoría oficialista y los aliados del kirchnerismo fueron más que suficientes para convalidar los cambios en el régimen. El proyecto contó con 37 votos a favor y otros 24 en contra. Estos últimos provinieron de los bloques de la UCR, la Coalición Cívica (CC), el Socialismo y el Peronismo disidente, que también se opusieron a la prórroga de la emergencia económica convalidada ayer por la Cámara Alta (ver aparte).
El proyecto, tal como había sido aprobado en Diputados, supone la desaparición de la Categoría A, de ingresos de hasta $ 12.000 al año, y su fusión con el escalafón siguiente (hasta $ 24.000 anuales). Los contribuyentes a Categoría B abonará $ 219 pesos mensuales de monotributo, desde los actuales $ 120,75.
El nuevo régimen amplía notablemente el ingreso que puede tener un monotributista –pasa de los $ 72.000 anuales a los $ 200.000 para las locaciones y servicios y de $ 144.000 a $ 300.000 para el resto de las actividades, cifras que no se modificaban desde hace una década–, y crea nuevas categorías.
Pero también supone un fuerte incremento en los aportes a la seguridad social y la obra social, que pasan de valer $ 35 y $ 46,75, respectivamente, a costar $ 110 y $ 70 para todos los escalafones. Esto implica un incremento de 91,5% en lo que paga un contribuyente de 12.000 pesos anuales de ingresos (el límite de la extinta categoría A) y del 33,8% para quien factura $ 72.000 al año por ejemplo (categoría E). El dato es más relevante al tener en cuenta que 700.000 de los 1,1 millón de inscriptos en el régimen facturan menos de 24.000 pesos al año.
Esto fue resaltado por el espectro opositor. Para Gerardo Morales, titular de la bancada radical, la propuesta oficial “expresa un esquema regresivo: pagan más los que tienen menos” y “achica la escala por lo que las diferencias entre los que abonan impuestos más bajos y más altos es cada vez menor”.