La mujer del Gitano rompió el silencio por primera vez desde el trasplante del cantante. Agradeció a la familia del donante y a quienes "ayudaron" con todo el proceso
Tras el parte médico brindado esta tarde en el hospital Italiano de Mendoza, Olga, la esposa de Sandro, agradeció a la familia del donante, a los médicos, al Incucai y a todos los que ayudaron para que el popular cantante fuera trasplantado.
"Ahora, a vivir la vida", expresó la mujer de Sandro, celebrando el exitoso trasplante al que fue sometido el cantante en Mendoza.
Olga Garaventa es quien más ha sufrido la enfermedad de Sandro. Ella fue quien más esperanzas depositó en este transplante que se hizo realidad. Ella es quien hoy, con una sobredosis de esperanza, habló con la prensa para darle un mensaje a Roberto Sánchez, su marido: “A vivir la vida y a disfrutarla”.
Qué sí, que no; finalmente, Olga salió a hablar con una paciencia y una fortaleza admirables. Ella que lo ha vivido todo junto al ídolo –y siempre con el mismo perfil bajo- comenzó agradeciendo a todos los que han logrado que Sandro tenga más días de vida. Con un “muchísimas gracias”, la esposa del cantante hizo una breve salida para los medios desde el hall del Hospital Italiano, donde está junto a su marido desde hace seis días, cuando comenzó todo.
“Muchísimas gracias, sobre todo, destacar al Incucai que hace estas obras maravillosas para que las personas sigan viviendo; a las familias donantes que, a pesar de perder a sus seres queridos, hacen la donación; a sus médicos que han hecho un trabajo maravilloso; al Hospital Italiano y a todo su equipo médico; a todas las personas que trabajan aquí que se han portado humanamente”, expresó Olga.
“También a ustedes –en referencia a los periodistas- decirles muchas gracias, por haberme acompañado y haberme ayudado”, dijo Olga y, a continuación, como si estuviera enfrente de su marido, manifestó el consejo que le daría al “Gitano” después de esta operación.
Con amor, cariño y firme convicción de lo que juntos han pasado, Olga cerró su breve discurso: “Decirle en algún momento a Robert: ‘Bueno Robert, a partir de ahora, a vivir la vida y a disfrutarla después de tantos años que estuviste inhibido”. Pese a que insistentemente se le preguntó si consideraba el éxito de la operación un milagro, ella lo afirmó con firmeza, se dio vuelta e ingresó al hospital custodiada por los guardias de seguridad.
Sólo agregó: “De la parte médica no hablo. Está todo muy bien” y con estas cuatro palabras todas las “Nenas” y los “Gitanos” ya se sienten un poco más aliviados porque ella conoce íntimamente a su ídolo: Olga sabe que el querido Sandro, ahora, está bien.