Las inmobiliarias se preocupan por la salud de sus inquilinos. Así lo aseguran las impulsoras de este proyecto que en Nueva York vuelve a poner en vilo a los fumadores.

Es que ahora, según publica The New York Times, si uno quisiera alquilar un departamento por aquellas latitudes, deberá firmar un apartado en el contrato en donde se compromete a no fumar dentro de la unidad rentada.

Esta medida no es retroactiva pero ya logró dividir las aguas en los Estados Unidos.

Por un lado, los fumadores dicen sentirse perseguidos y aseguran que la medida atenta contra la libertad de desición de cada persona. Además piden tolerancia.

Sin embargo, la iniciativa contra el tabaco sigue ganando adeptos. El Departamento de Desarrollo Urbano, que aúna las inmobiliarias, defiende fehacientemente el proyecto y lo impulsa a como de lugar.

En lo que va, al menos 50 agencias prohibieron fumar a sus inquilinos.

Nueva York no es la única ciudad que abraza la medida. Otras urbes siguen el ejemplo: es el caso de California, en donde los departamentos y condominios de Richmond, cerca de San Francisco, deben sacar al cigarrillo de sus vidas. Incluso se habla de multas de 100 dólares si se viola el contrato en este punto. Pero volviendo a Nueva York, los ciudadanos parecen estar -en su mayoría- de acuerdo con la medida.

Un estudio revela que el 57% de los no fumadores se exponen a altos niveles de humo, confirmando las sospechas de los expertos quienes aseguraban que los departamentos de los fumadores contaminan aquellos de los que no fuman.

Pan Am Equities, agente inmobiliaria, es tal vez la primera en poner en práctica la controvertida norma. Hace un año y medio sólo alquila a aquellos que se comprometen a no fumar en sus unidades. "Es algo que decidí hacer y hasta ahora, no tuvimos ninguna respuesta negativa", dice.

Por otro lado, los abogados confirman que en la Ley norteamericana no hay ningún artículo que prohíba a las inmobiliarias a tomar esta decisión. Y recuerdan un fallo que a partir del 2006 les da el derecho a los inquilinos de romper cualquier el contrato si es que las inmobiliarias fallan en evitar que el humo de otros departamentos les llegue.

Si es por la economía, el proyecto parece no interferir en nada. Un estudio demuestra que el 58% incluso pagaría más para vivir en un lugar libre de humo, y un 68% dijo que no viviría en un edificio en donde se permita fumar.

Los fumadores en Nueva York están cada vez más acorralados. En bares y restaurantes hace años que está terminantemente prohido fumar. Además hay un proyecto impulsado por el reelegido alcalde, Michael Bloomberg, que aboga por la misma prohibición en parques y lugares públicos. Ahora parece que tampoco se podrá fumar en la intimidad del hogar. Todo es válido para erradicar el vicio.