En una carta enviada al presidente de EE.UU., Barack Obama, el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo que no aceptará "ningún acuerdo" para su restitución en el poder, del que fue derrocado por los militares hondureños el 28 de junio pasado, cuando el Parlamento designó como su sustituto a Roberto Micheletti.

"A partir de esta fecha, cualquiera que fuera el caso, yo no acepto ningún acuerdo de retorno a la presidencia", porque sería "encubrir el golpe de Estado", expresó Zelaya en el texto dirigido a Obama.

Por otro lado, el Congreso Nacional de Honduras no detendrá el proceso para decidir sobre la restitución o no del depuesto gobernante, aunque éste haya anunciado que desiste de volver al poder, informó hoy a la agencia de noticias Efe un vicepresidente del Legislativo, Ramón Velázquez.

"Estamos obligados a seguir", indicó Velázquez, porque "el Congreso tiene un compromiso de apoyar lo que se acordó en ese documento (firmado para buscarle solución a la crisis política del país) y además ya tiene una solicitud formal para dar una decisión". "Las instituciones del Estado tienen que continuar en la línea de mantenerse en sus decisiones y no dejar cabo suelto", apuntó Velázquez, de la Democracia Cristiana.

Comisiones de Zelaya y Micheletti firmaron el pasado 29 de octubre un acuerdo encaminado a resolver la crisis política del país, el cual estableció, entre otros puntos, que el Congreso Nacional debe decidir si se restituye o no al depuesto presidente, para lo que no fijó plazo.

El depuesto gobernante hondureño advirtió que "el acuerdo Tegucigalpa-San José queda sin valor ni efecto por incumplimiento unilateral del Gobierno de facto" y dijo que el proceso electoral es "ilegal". Zelaya permanece en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde el 21 de septiembre pasado tras volver clandestinamente al país.