"A la gente quiero llevarle tranquilidad", declaró un gobernador jaqueado por la marginalidad y las bandas que azotan al pueblo del conurbano. La Rosada, en silencio
Por José CaleroMás solo que nunca, abandonado a su suerte por el gobierno nacional en una lucha cada vez más desigual frente a bandas armadas que se adueñaron de gran parte del conurbano, el gobernador bonaerense Daniel Scioli volvió a apelar al voluntarismo para tratar de convencer a la gente de que se está trabajando contra la inseguridad.
Al menos habla, porque desde la Casa Rosada simulan que el problema es de otro, como si Cristina Kirchner no fuese la Presidenta y la responsable máxima de un Estado Nacional impotente para defende el principal Derecho Humano, el derecho a la vida.
Acorralado por los delitos, Scioli recordó que “hay varios proyectos en todas las bancadas para bajar la imputabilidad a los 14 años".
"Hay muchos proyectos presentados desde hace muchos años por varias fuerzas políticas. Es importante que se haga el esfuerzo de debatirlo y que haya un marco legal jurídico para poder adaptar a las características de estos delitos que llevan adelante menores. Tampoco le podemos decir a la sociedad que no se puede hacer nada con estos chicos”, señaló el gobernador.
Pero el problema principal no son los chicos usados como carne de cañón, sino las bandas organizadas al servicio de los cuales son puestos, sin que el Estado haga nada para desbaratarlas.
“Hay que seguir avanzando en frenar esta ola de violencia. A la gente quiero llevarle tranquilidad. No es un problema sólo de la cantidad de efectivos. Nosotros trabajamos mucho en la prevención. Hay que enfrentar a los delincuentes peligrosos que están dispuestos a todo”, intentó tranquilizar Scioli a una población que sabe desde hace tiempo que quedó a la buena de Dios.