Varios centros cerraron sus puertas porque se quedaron sin stock. Embarazadas y madres con niños pequeños hacen colas de hasta 1 kilómetro para inmunizarse
La población norteamericana que pertenece a los grupos de riesgo de contraer gripe por virus A se encuentra en una encrucijada: a pesar de que sólo la mitad de ellos está interesada en vacunarse contra la enfermedad, los centros de salud comenzaron a quedarse sin stock para abastecerla.
Varios meses atrás, cuando aún la vacuna estaba en una fase inicial de elaboración, las autoridades sanitarias de ese país habían adelantado que los primeros en recibir la inmunización serían los niños (especialmente aquellos con problemas de asma), las mujeres embarazadas y los trabajadores de salud. Pero ahora se encuentran con un nuevo problema: no alcanzan para todos.
Steven Salzberg, director del Centro de Bioinformática y Biología Computacional de la Universidad de Maryland, destacó que "el Instituto Nacional de la Salud y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades han realizado un gran trabajo al concientizar sobre la importancia de ser vacunado". No obstante, relató cómo su esposa y su pequeña hija no pudieron hacerlo, a pesar de pertenecer a uno de los grupos de riesgo.
Ambas se encontraban entre las miles de personas que esperaban ser vacunadas contra la gripe H1N1 en Rockville, suburbio de Washington. Pero "desistieron cuando vieron que la cola era de un kilómetro, antes incluso de la apertura de la clínica. Había muchos, cientos de personas, que llegaban a último momento", contó, según difundió la agencia de noticias AFP.
Este centro fue uno de los que cerró sus puertas la semana pasada, cuando el índice de mortalidad infantil trepó por encima del promedio anual de decesos por la gripe estacional. La causa: la reserva de vacunas se había agotado.
Otro de los vacunatorios afectados es el de Montgomery. El viernes tenía 250 dosis de vacunas inyectables disponibles, y sólo 8.800 personas -de un condado de un millón de habitantes- habían sido inoculadas.
Los especialistas aseguran que una de las causas de la escasez de vacunas es su modo de producción. La mayor parte de ellas se desarrollan en huevos, un método calificado de antiguo por el titular del Centro de Control y Prevención de Epidemias, Thomas Frieden.
El funcionario explicó que "cuando se necesita una vacuna rápidamente, sencillamente no podemos hacerla, y eso es lo que quedó demostrado". Y agregó: "Aquí en los Estados Unidos tuvimos 23 millones de dosis prontas a seis meses de detectarse. Si hubiésemos hecho esas vacunas a partir de las células, hoy tendríamos 200 millones de dosis disponibles".
Salzberg coincidió y agregó que cambiar la forma en que se produce la vacuna contra la gripe en ese país resulta demasiado caro para las compañías, y que la decisión debería ser política.
Si el gobierno no toma acciones directas ante la próxima pandemia de gripe -cosa que no tiene por qué ocurrir en décadas- "podríamos volver a desarrollar vacunas en huevos otra vez" y enfrentarnos nuevamente a la escasez de dosis, finalizó Salzberg.