La Justicia cambió su sentencia para beneficiarlo con el arresto domiciliario. Sin embargo él suplicó que no lo liberaran. Quería evitar las discusiones con su esposa
La realidad supera todo tipo de ficción.
Santo Gambino es un italiano de 30 años que estaba preso en una cárcel de su país. Tras un tiempo en prisión, la Justicia cambió su sentencia para beneficiarlo con el arresto domiciliario.
Sin embargo, para el preso esa fue la peor noticia. Santo se negaba a tener que volver a su casa y pidió a la Policía que lo mantuviera encerrado, según informa el portal español 20 minutos.
Al parecer, Gambino quería evitar las discusiones con su mujer, quien lo acusa de no pagar el mantenimiento de sus dos hijos.
Pero la Policía fue muy clara cuando lo obligó a volver a su casa con su esposa. No quisieron encerrarlo nuevamente y le advirtieron que deberá solucionar los problemas con su mujer, si desea quedar en libertad.