El guatemalteco presentó su primer show, de los cuatro que hará en La Bombonera, ante más de 25.000 personas. Las mujeres conmovidas hasta el éxtasis
Por Adrián Taccone, para Asteriscos.Tv desde La BomboneraEl guatemalteco Ricardo Arjona ya tiene la fórmula justa para cautivar a las mujeres argentinas con sus canciones, que ya son parte de su vida y no distinguen edades.
A veces se torna increíble pensar que este centroamericano se haya ganado la vida cantando en la peatonal Florida del centro porteño y ahora llene estadios como el de Boca, donde más de 25.000 almas -en su mayoría mujeres- vibraron y se emocionaron con sus versos y también con sus frases hechas.
Con una manera muy particular de hablar del amor y las mujeres, pero también de las relaciones que se dan con los hombres -"las mujeres no se juntan para hablar de los hombres, se juntan para hablar mal de los hombres"-, Arjona sabe que al público argentino tiene que darle lo que quiere y por ese camino transita un show cargado de momentos intimistas, descontracturados y cómplices.
Desde su postura, su mirada de galán de telenovela y el acompañamiento de una banda musical sin fisuras que suena a la perfección en cada intervención, Arjona cautivó desde el "vamos" a las mujeres argentinas que llegaron en catarata hasta el estadio de Boca y se fueron satisfechas.
Cierto es que estos cuatro shows en La Bombonera no hacen más que ratificar su figura de ídolo popular y echan por tierra las críticas que puedan surgir de cierto sector que no lo quiere o critica su forma de expresarse, pero además confirma que los 34 Luna Park no fueron casualidad.
La escenografía coloca a los espectadores en un barrio, rodeado de edificios y con toques que recuerdan a cualquier calle de Latinoamérica, e incluso los teclados se encuentran "ocultos" en los frentes de dos automóviles.
Temas como "Quinto Piso" -que da nombre a la gira y a su último disco- "Pingüinos en la cama", "Acompañame a estar solo", "Que no se vea" e "Historia del taxi", marcaron puntos de mancomunión de Arjona con su platea.
Pero sin dudas uno de sus máximos momentos fue cuando cantó "Señora de las cuatro décadas", para lo cual invitó a una de sus fanáticas al escenario y le cantó como si estuviera en un bar callejero. Arrollador.
La mujer no podía creer que Arjona, el mismísmo que ella escucha cotidianamente en su reproductor, le estuviera cantando en un escenario como el de Boca ante tanta gente, y lo evidenció abrazándolo en más de una ocasión, hasta tratar de contener las lágrimas de felicidad.
"Lo que nadie sabe es que existe una enfermedad, para la que no hay vacuna ni remedio y de la que nadie se salva, que es el mal de amores", le dijo Arjona a los espectadores, para luego señalarle a las mujeres que a los hombres no les queda otra alternativa que mentirles, para poder conquistarlas o al menos sacarles un beso.
Tocando la guitarra o el piano, o simplemente con su voz, el guatemalteco cautivó una vez más a una platea argentina -estuvo el goleador Martín Palermo- que ya lo adoptó como hijo propio y lo hace jugar en "primera", con los grandes cantautores latinos, sencillamente, porque la fórmula le da resultado.