En medio de un clima enrarecido, el PJ disidente y la UCR cuestionaron el cambio de postura de dos opositores. "Esto chorrea sangre", dijo el ex gobernador Felipe Solá
La ley K de medios será seguramente convertida en ley este viernes en el Senado, en un clima político cada vez más enrarecido que incluye denuncias de 'aprietes' varios y 'planes canje' de giros de fondos a las provincias y coberturas políticas, a cambio del voto de senadores que cambian de postura a último momento.
Todo en el marco de un Néstor Kirchner que parece jugarse el resto, luego de que antes del 28 de junio le pidió a los electores que "se acordaran del helicóptero" de Fernando de la Rúa para tratar de conseguir el voto, en un comicio que finalmente perdió y terminó de sacarlo de quicio.
El debate se llevará a cabo bajo fuertes sospechas y duras acusaciones de la oposición.
El proyecto de ley de radiodifusión, hecho a medida para que el Estado pueda controlar a los medios de comunicación y sus contenidos, es cuestionado por juristas y empresas que prestan servicios audiovisuales.
De aprobarse, se espera una avalancha de recursos de amparo y juicios cruzados que obligarían a la Corte Suprema de Justicia a dirimir litigios que le pueden terminar costando enormes fortunas al Estado Nacional.
Todos los bloques acordaron adelantar una hora el inicio de la sesión. Comenzará a las 10, con un homenaje a Mercedes Sosa, cuya muerte conmovió al país.
Arreglaron, además, una tenue abreviación de los discursos, que de todos modos pronostican una sesión maratónica.
Los jefes de bloques y miembros informantes tendrán media hora para exponer y cada senador raso contará con 10 minutos. Esto implica que la discusión en general puede durar más de 12 horas, con un plus de unas 3 horas para el debate del articulado en particular.
Fuentes del oficialismo estiman que contarán con "el número suficiente" para sancionar al proyecto "tal cual viene de Diputados".
En tanto, el PJ disidente, la UCR y sus aliados admiten que el kirchnerismo podría aprobar el proyecto en general. Y presentarán batalla cuando llegue el momento de tratar cada artículo.
Si logran modificar el texto, la ley volverá a Diputados para que defina si lo acepta o insiste con la media sanción.
Los puntos más cuestionados se refieren a la autoridad de aplicación, la potestad del Gobierno de adjudicar licencias en ciudades grandes y la cláusula de desinversión.
La única certeza es que no estarán presentes en la sesión los senadores Roberto Urquía (PJ), que está tratándose un glaucoma en los Estados Unidos, y Norberto Massoni (UCR) enfermo.
Aunque también está convaleciente la senadora misionera Elida Vigo, en el bloque oficial anticiparon que si su salud lo permite estará presente en los tramos decisivos del debate.
Es una muestra más de la preocupación oficial por cerrar cuánto antes el debate de este proyecto que implica una suerte de cruzada para el Gobierno.
El ambiente ya tenso desde del debate en Diputados se enrareció en las últimas horas tras conocerse el abrupto cambio del voto de dos opositores que habían anunciado su rechazo a la ley y ahora votarán a favor, consigna Atilio Bleta en Clarín.
El más escandaloso es el caso de la cobista correntina María Dora Sánchez, cuyo viraje quedó envuelto en sospechas de estar ligado a la muerte de un empresario vinculado al gobernador provincial Arturo Colombi. El otro es el del bussista tucumano Carlos Salazar, que de todos modos anticipó que hará objeciones a algunos artículos, como reveló ayer Clarín.
Además anoche trascendió que apoyarán en general y en particular el proyecto oficial los fueguinos José Martínez y María Rosa Díaz, quienes responden a la gobernadora del ARI, Fabiana Ríos, y negocian con el oficialismo la sanción -sería en la próxima sesión- de la ley de electrónicos que beneficia a la industria de Tierra del Fuego. Con todo, el resultado de la votación en particular es incierto y se definirá recién a sobre la hora.
La oposición salió a vapulear duro al Gobierno por negociar el canje de votos de senadores opositores. Aunque también sospechan que hicieron lo mismo con kirchneristas que dudaban en apoyar la ley.
El jefe de la UCR, Gerardo Morales, acusó al gobernador correntino Arturo Colombi de buscar "impunidad", en alusión al cambio del voto de su senadora. Y advirtió, desparramando sospechas sobre supuestos arreglos económicos: "Cuidado con los senadores que se van el 10 de diciembre. Esto pinta para terminar muy mal".
Otro indicio del tono que tendrá el debate lo dieron los senadores del PJ disidente, que hicieron severas críticas durante una rueda de prensa, junto al diputado electo Felipe Solá, quien dijo que este debate "chorrea sangre".
En tanto, la senadora correntina admitió que cambió su voto por favores: "Es para favorecer a mi provincia, en un contexto que no puede ser recortado", confesó.