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Los K se tragan el sapo y vuelven a aceptar al FMI
Después de vilipendiarlo en todos los idiomas, el gobierno debió aceptar que el polémico organismo vuelva a monitorear la economía, para lograr financiamiento
7 de octubre de 2009
Por José Calero

A pesar de que hicieron todo lo posible por evitarlo, los Kirchner debieron aceptar que el Fondo Monetario Internacional vuelva a meter sus narices en la economía local.

La razón: necesitan obtener financiamiento para una economía que dejó de recibir divisas hace rato por falta de confianza.

La decisión se tomó luego de que en el 2006 Néstor Kirchner los despachó con un "Chau FMI", tras cancelar toda la deuda con el organismo, tal vez uno de los principales logros de su gestión.

Ahora, el Fondo volverá a enviar misiones de monitoreo a la Argentina tras arribar hoy a un acuerdo con el ministro de Economía, Amado Boudou, quien se preocupó en aclarar que las revisiones tendrán carácter "estrictamente técnico".

Boudou insistió en que la misión del Fondo será para "intercambiar información", pero que el Gobierno "no le permitirá que interfiera en las políticas" económicas internas.

En realidad, las misiones del Fondo no suelen tener límite alguno, ya que el organismo multilateral aplica una metodología de trabajo similar para todos sus países miembro, pero ante las tensiones que mantuvo con la Argentina probablemente trate de hacer el menor ruido posible con sus recomendaciones, especulaban
analistas locales.

El acuerdo con el Fondo entusiasmó al ministro Boudou, porque es el paso indispensable para que la Argentina pueda avanzar en una refinanciación de deudas con el Club de París.

La deuda con el Club de París era de 6.500 millones de dólares pero por la aplicación de distintos ajustes ahora se disparó a los 7.700 millones.

Ante las necesidades crecientes de financiamiento que tendrá el país, Boudou se apresuró a declarar que la Argentina "ya volvió a los mercados de capitales", tras reunirse con el titular del FMI, Dominique Strauss-Kahn, con quien acordó que la postergada revisión de la economía argentina sea "estrictamente técnica y de
perfil bajo".

El encuentro con Strauss-Khan se llevó a cabo en el Centro de Convenciones de Estambul y se extendió durante 45 minutos, y el ministro lo calificó de "muy formal, protocolar y positivo".

"Le dije que veía con muy buenos ojos su gestión; que sabíamos que iba a encontrar mucha resistencia en el staff y en la burocracia del Fondo, pero que también confiábamos que podría llevar adelante los cambios que necesitaba el organismo", señaló el ministro.

Boudou destacó, además, que el director gerente del FMI le expresó que "estaba muy contento de que Argentina esté en el camino para tener una relación más cercana con el Fondo".

"Obviamente hablamos del Artículo IV, y coincidimos en un punto muy concreto y es que ambos creemos que tiene que ser estrictamente técnica y tener un perfil muy bajo", añadió el jefe del Palacio de Hacienda.

Boudou recordó que todos los países que se someten al Artículo IV, "tanto Estados Unidos, como China o Chile reciben críticas", y "a las críticas no le tengo miedo, ni me molestan. El límite está en las cuestiones relacionadas con recomendaciones o
condicionalidades que intenta imponer el FMI" al país.

"No se habló de plazos, pero quedamos en tener un nuevo encuentro en la primera semana de noviembre", indicó el ministro.

Boudou también le transmitió a Strauss Kahn que Argentina está por cerrar una propuesta para los "holdouts" que quedaron fuera del canje de 2005, algo que el titular del FMI valoró "muy positivamente" aunque consideró que era una cuestión de mercado, según señaló el ministro.

Un acuerdo con el FMI sobre la postergada revisión económica así como también un acuerdo con los "holdouts" son los pasos clave en la estrategia de Argentina de retorno a los mercados de capitales.

El ministro de Economía aseguró que el regreso de la Argentina a los mercados internacionales de crédito "no implica un cambio de la política económica", y consideró que para el Gobierno, el FMI "es un tema secundario".

"Buscamos la vuelta a los mercados internacionales de crédito. Esto tiene distintas aristas pero ninguna implica un cambio de la política económica argentina", sostuvo el funcionario.

Boudou aclaró que para la Casa Rosada, "el Fondo es un tema secundario. El mundo está percibiendo la consistencia de las políticas monetarias de Argentina. Y por eso, este organismo no va a tener injerencia en políticas monetarias, financieras o laborales".