El cardenal apuntó a una de las banderas del kirchnerismo y advirtió que "acostumbrarnos a vivir sin equidad social es una grave falta moral que compromete la paz social"
El cardenal Jorge Bergoglio volvió a lanzar duras críticas sobre la falta de políticas sociales del kirchnerismo y advirtió que los derechos humanos también se violan con la pobreza.
Utilizó un documento de la Iglesia latinoamericana, aunque la cita sonó a una nueva estocada del presidente del Episcopado al Gobierno. Fue cuando advirtió sobre el riesgo de una parcialización de la lucha a favor de los derechos humanos, una de las principales banderas del kichnerismo. Textualmente, dijo: "No sólo se violan (los derechos humanos) por el terrorismo, la represión y los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y de estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades".
El señalamiento -tomado del documento de la Conferencia de Obispos de 1992 en Santo Domingo- fue hecho por Bergoglio durante una jornada sobre políticas públicas, "Las deudas sociales de nuestro tiempo" organizada por la Universidad Del Salvador y la Universidad Carlos III, de Madrid. Formó parte de su discurso inaugural, con referencias críticas a la situación social. Como cuando dijo que "la pérdida del sentido de la justicia y la falta de respeto hacia los demás se han agudizado y nos han llevado a una situación de inequidad".
El encuentro -que se realizó en el hotel Alvear- congregó a dirigentes políticos como Francisco De Narváez, Raúl Baylac, Jorge Vanossi y Jorge Telerman y el secretario general de la gobernación bonaerense, José Scioli, y a empresarios como Cristiano Ratazzi. Entre los expositores, la senadora Chiche Duhalde reclamó una "autocrítica de todo el peronismo por su actuación desde la vuelta a la democracia"; el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez, destacó el rol solidario del sindicalismo a partir de la expansión de los servicios de su gremio, y Tomás Sánchez de Bustamante (OSDE) habló de la responsabilidad social que les cabe a las empresas.
También expuso el rabino Sergio Bergman, quién -fiel a su visión crítica del Gobierno y su estilo elocuente- pidió un mayor compromiso cívico "para que no terminemos siendo como Venezuela", en referencia al gobierno de Hugo Chávez.
En su alocución, seguida por un auditorio que colmó dos salones del hotel, Bergoglio dijo que "la mayor inmoralidad (de la deuda social), dicen los obispos, reside en el hecho de que ello ocurre en una nación que tiene condiciones objetivas para evitar o corregir los daños, pero que lamentablemente parecería optar por agravar aún más las desigualdades".
En esa línea, subrayó que "no podemos responder con verdad al desafío de erradicar la exclusión y la pobreza, si los pobres siguen siendo objeto, destinatarios de la acción del Estado y de otras organizaciones en un sentido paternalista y asistencialista, y no sujetos donde el Estado y la sociedad generan las condiciones sociales que promuevan y tutelen sus derechos y les permitan ser constructores de su propio destino".
Para Bergoglio, "la crisis económico-social y el consiguiente aumento de la pobreza tiene sus causas en políticas inspiradas en formas de neoliberalismo que consideran las ganancias y las leyes de mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad de las personas y de los pueblos".
Y dijo que "acostumbrarnos a vivir con excluidos y sin equidad social, es una grave falta moral que deteriora la dignidad del hombre y compromete la paz social".También se refirió a la fuga de capitales. "Pensemos que hay alrededor de 150 mil millones de dólares de argentinos en el exterior, sin contar los que están en el país fuera del circuito financiero, y nos informan que se van unos 2.000 millones de dólares más por mes", señaló. "¿Qué podemos hacer para que sean puestos al servicio del país en orden a saldar la 'deuda social' y generar las condiciones para un desarrollo integral", concluyó.