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Ocaña: "Kirchner terminó preso de las corporaciones"
“Estoy amenazada, pero con la mafia de los remedios hice lo que tenía que hacer”, dijo la ex ministra de Salud que ahora es mala palabra para muchos poderosos
25 de septiembre de 2009
Mientras la Justicia avanza en la investigación contra el escándalo de los medicamentos que ella había denunciado cuando todavía formaba parte del gobierno kirchnerista, Graciela Ocaña recibe amenazas y teme por su seguridad personal.

Aunque cautelosa, “la hormiguita” -como la bautizó su ex amiga y socia política Elisa Carrió- afirma que existe complicidad política y sindical en la mafia de los medicamentos, cuestiona el manejo que Hugo Moyano y Juan José Zanola hacen de los fondos de los trabajadores y critica el rumbo que tomó el Gobierno, el mismo que ella integró durante más de un lustro.

“Kirchner venía a romper con las corporaciones, pero terminó preso de ellas”, dispara. Pese a todo, Ocaña no se arrepiente de su pasado K: “Creo que había que meterse en el barro y tratar de cambiar las cosas”.

Esta es la entrevista publicada por El Cronista Week End:

¿Esperaba que sus denuncias sobre la mafia de los medicamentos cobraran el vuelo que cobraron en la Justicia?

- Sabía que el juez había investigado y recolectado mucha prueba. Yo no soy parte de la causa, pero me parece muy importante lo que está saliendo a luz. Hay que dejar trabajar al juez y que se puedan determinar responsabilidades y que cada uno también sea castigado por haber delinquido. Si no pasa lo que ha pasado con algunas de las personas que están involucradas en esta causa como (Néstor) Lorenzo (N de R: el empresario que presidía la droguería San Javier y está siendo investigado por la adulteración y falsificación de remedios), que fue partícipe en los "90 con el menemismo de negocios vendiendo a los programas estatales leche vencida. Es muy importante que dentro de 10 años no sigamos hablando de Lorenzo o de "otros Lorenzos".

¿Es difícil probar esas maniobras?

- Lo grave es que sea tan difícil para la Justicia probar estos hechos y tan fácil para los que las realizan eludir la Justicia.

¿ Usted vinculó la mafia de los medicamentos con el caso Skanska. ¿Cuál es esa relación?

- Aquí hay 3 maniobras: una que tiene que ver con la falsificación de los medicamentos, que es realmente criminal, otra que es la fabricación de papelería que hace que supuestos enfermos generen gastos enormes que son después pedidos su devolución a la Seguridad Social a través de la Administración de Programas Especiales (APE) y en realidad son personas que no están enfermas. O sea que se genera todo un circuito de fabricación de papelería para pedir esos remedios. Y después hay otro esquema que es cómo se blanquea todo este dinero, con cooperativas de crédito, con sociedades. Lo que a mí me llamó la atención es que muchas veces estas cooperativas y algunos de estos personajes que montan estas droguerías y hacen toda esta fábrica aparecen en la causa de la efedrina, después aparecieron haciendo un fraude contra el PAMI con medicamentos para la hemofilia y por otro lado son los mismos que aparecen en las sociedades de la causa de Skanska porque son los que facilitaron todo el andamiaje administrativo con esas facturas truchas. Todo se mezcla y tiene que terminar.

¿Y está la Justicia cruzando esos datos?

- Si uno toma las denuncias de 2004, 2005, 2006 y 2007, que el propio ANMAT y el INAME (Instituto Nacional de Medicamentos) realizó, se ve que sobre más de 400 denuncias que se hicieron, el 80% siempre se refieren a las mismas droguerías, pasan por las mismas manos. Hay un circuito que es el que coloca esos medicamentos en el mercado. Cada una de estas denuncias están en distintos juzgados y si uno lo ve como una maniobra individual no puede llegar a ver cuál es la matriz del delito.

¿Podía estar el poder político, sus antecesores, por ejemplo, al margen de estas maniobras?

- No puedo decir lo que otra persona vio o no vio. Sí puedo decir lo que yo advertí y lo que yo hice. Me llamaron la atención dos cosas cuando llegué al Ministerio: por un lado, esta mirada sobre causas y no sobre una maniobra específica. Y, por otro lado, muchas de las droguerías y estas empresas de prótesis que nosotros sacamos del PAMI porque lo habían defraudado estaban dándole servicio a la Seguridad Social. ¿Cómo alguien que había defraudado a una obra social, en este caso de los jubilados, podía ser utilizada en el resto de las obras sociales?

¿Hay connivencia del poder político?

- Hay estructuras. “Los Lorenzo”, que en los "90 estuvieron con el menemismo y ahora aparecen aquí, son estructuras que mediante sus contactos con el mundo político y sindical y el pago de sobornos han hecho esto. Estos personajes se repiten, están en las distintas gestiones. Esto abarca más allá de los partidos y de un gobierno.

¿En base a lo que usted conoce, ¿la causa de los remedios puede complicar a Moyano?

- No soy parte de la causa y no conozco los detalles. Entiendo que hay una investigación que en este caso lleva Bonadío a partir de una denuncia que se hizo en 2006 por manejos de los fondos de la APE que habrían beneficiado a Moyano y a camioneros. Se han tomado medidas y habrá que determinar cuál fue la responsabilidad o no de la droguería y de la obra social de camioneros en esto. Me parece importante que haya mucha transparencia en los fondos y corregir los vicios que tiene la Superintendencia (de Salud). Creo que hay dirigentes sindicales que creen que los fondos que todos los trabajadores aportamos para garantizarnos la salud son propios. Tenés el caso de Zanola, que ha manejado la Bancaria como si fuera el coto de caza personal. Tenés que la esposa o la concubina, que manejaba la obra social y, a su vez, tenía empresas que contrataban con la obra social. Y este es un modelo que no es solo de Zanola, sino que también se da en otras obras sociales, por ejemplo la de Moyano.

Otra arista de la causa está vinculada al financiamiento de la campaña de Cristina. ¿Hubo dinero sucio en la campaña?

- No puedo decir, no tengo elementos sino los hubiese aportado. Sí creo que debe investigarse y aquí la respuesta la tienen que dar los responsables que manejaron financieramente esa campaña (N. de R: el ex superintendente de Salud, Héctor Capaccioli, fue el recaudador de la campaña en 2007). Lo serio es que se encontraron recibos originales en la casa de Lorenzo, en los allanamientos que Oyarbide hizo en noviembre pasado, de aportes a la campaña que deberán explicarse por qué los tenía Lorenzo o por qué Lorenzo usó a terceros para colocar fondos en esa campaña. Debe aclararse porque son hechos graves.

¿Cuándo empezó a sentir que Cristina le soltaba la mano?

- Creo que cuando comenzó fuertemente a variar la alianza política que el Gobierno había trazado. Cuando a mí me convoca Néstor Kirchner para el PAMI era un momento donde la alianza política estaba sobre la transversalidad. Me convocaron para terminar con las mafias en el PAMI. Si en un caso se llamaba Luis Barrionuevo..., yo estoy contra las mafias. No me llamaron para pelear contra un dirigente. Si alguien con los mismos procedimientos, es decir, los que yo saqué del PAMI, después los veo en la Seguridad Social, pretendo también quitar a todos esos sectores que estaban haciendo negocios con los dineros que deben ir a la salud de los argentinos. El dinero que se llevan “los Lorenzo”, los dirigentes sindicales como Zanola, que son parte de toda esa red mafiosa, son dineros que después faltan en el sistema de salud.

¿Sintió en algún momento que Cristina quería ir a fondo y Kirchner no la dejó?

- Yo hice lo que tenía que hacer, tanto en las actuaciones administrativas como con las denuncias en la Justicia. Y tampoco iba a preguntar que iba a hacer con cada cosa. En algún momento me sentí muy sola, me dejaron muy sola. Ya hacia los primeros meses del año, donde la presión de Hugo Moyano era mucha, creo que (Cristina) empezó a variar.

¿La suerte de Kirchner, a esta altura, está atada a la de Moyano y viceversa?

- Lo que veo es que Néstor Kirchner decía que venía a romper con todas las corporaciones que decía que habían sido parte del saqueo de la Argentina y veo que terminó atado a muchas de ellas. Cuando escuchás que hay intendentes que tienen que contratar con una empresa tal porque si no tienen problemas, realmente es preocupante. Cuando leés que se presiona para colocar jueces, creo que todo esto... Los argentinos hemos aprendido que la democracia debe defenderse y que nadie es más que cualquier ciudadano. Moyano pretende imponer reglas a través de esta idea del “toma y daca” que es muy perjudicial para todos los argentinos, para una república.

Usted que formó parte de este Gobierno ¿ve diferencias entre Néstor y Cristina en el modo de encarar la política?

- Quizá al ser dos personas individuales tienen distintas características. Pero tienen la misma mirada, no hay una diferencia.

¿Pudieron el dengue y la gripe A servirle de excusa a Kirchner para hacerla a un lado?

- No sé. Sí puedo decir que, en el caso del dengue, quizá había gente enojada porque yo he hecho mi vida sobre la verdad y entonces no puedo mentir sobre cifras. Y en el caso de la Gripe A, había distintas miradas. Yo sentí que la Presidenta tenía una mirada distinta a la del Ministerio de Salud. Sentí que debía dar un paso al costado porque a la Presidenta la habían elegido los argentinos.

¿La llamó gente del Gobierno para decirle que parara con las denuncias?

- No porque yo jamás hubiera permitido eso.

¿Hoy teme por su seguridad personal?

- Yo soy como cualquier ciudadano, por supuesto no soy súper valiente y sí, claro, tengo preocupación. Hay algunas cosas sutiles, pero no quiero darle mayor entidad...

¿Recibe amenazas?

- Algunas amenazas. Pero creo que hice lo que tenía que hacer, ni más ni menos que lo que tenía que hacer. Y Oyarbide está haciendo lo que tiene que hacer.

¿Sigue pensando que se puede recrear el kirchnerismo sin Kirchner?

- Creo que lo que se tiene que recrear es un proyecto político basado en el crecimiento económico con empleo, el mercado interno, con una economía en orden y trabajar en profundizar aspectos que la Presidenta enunciaba cuando llegó al Gobierno, que tienen que ver con los cambios profundos para los próximos 20 años de la Argentina. Creo que ese proyecto está vigente, hay que reestructurarlo a partir de la reunificación del campo popular, no a partir de un modelo hegemónico sino de un modelo de consensos, que a veces son los más difíciles de lograr.

¿Qué dirigente le genera expectativa para llevar adelante ese proceso?

- Creo que Kirchner tuvo una visión muy interesante que fue la de la Concertación Plural. Coincido y me siento muy cercana a los dirigentes que participaron, que están aún dentro del kirchnerismo o que han sido expulsados. Gobernadores como Daniel Scioli, Sergio Urribarri, Jorge Capitanich, también Felipe Solá, el propio Cobos. Lo importante es la reconstrucción de este campo popular al que Kirchner había apostado hasta que viró su alianza de poder. El que pueda recrear la Concertación en la Argentina va a tener la posibilidad de poder llevar adelante este proyecto.

Usted era muy “cristinista”. ¿La desilusionó la Presidenta?

- No quiero hablar de desilusión. Me ha producido, sí, tristeza. Estoy como en un momento de duelo, puse mucha energía... No quiero dar conclusiones porque en los momentos de duelo uno está más sensible.

¿Se arrepiente de haber formado parte de este proyecto?

- Estoy contenta porque pudimos hacer muchas cosas. Quizá si yo no hubiese estado en el Ministerio de Salud, muchas de las cosas que pasaron con la Bancaria seguirían pasando. Y mucho de lo que hicimos en el PAMI no se hubiera podido hacer. En ese sentido, no estoy arrepentida. Creo que había que meterse en el barro y tratar de cambiar las cosas. Si no se critica desde afuera pero no se tiene la posibilidad de cambiar.

Cuando escucha que Kirchner quiere ser candidato en 2011, ¿qué piensa?

- Tiene el derecho como cualquier otro argentino. Es un ex presidente que tuvo un buen gobierno y debe tener las expectativas.

Pero el 70% de la gente le votó en contra el 28 de junio...

- Exactamente. Tiene un gran riesgo, que es polarizar la elección en su contra. Pero yo no soy su consejera electoral.