La crisis internacional, la desaceleración interna y la epidemia de Gripe A conspiraron contra el superávit del mes de agosto. El gasto creció un 22 %
La crisis financiera internacional, la propia desaceleración de la actividad interna y el impacto económico de la epidemia de Gripe A confluyeron para generar una marcada caída del superávit fiscal de agosto. El descenso fue del 85%, dado que el saldo positivo sumó apenas $ 539,8 millones. En tanto, el resultado financiero (superávit primario tras el pago de intereses de la deuda) arrojó un rojo de $ 244,7 millones.
Así lo informó ayer el ministro de Economía, Amado Boudou, acompañado por el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, durante una conferencia de prensa que brindaron en el microcine del Palacio de Hacienda. En lo que va del año, el superávit primario llega a los $ 8.473,1 millones, pero el resultado financiero denota un déficit acumulado de $ 2.549,9 millones, según analiza el diario El Cronista.
En agosto los ingresos corrientes ascendieron a $ 19.868,9 millones, con un alza de 5,3% en comparación con el mismo mes de 2008. Mientras que los gastos sumaron $ 17.585,7 millones, lo que implica un aumento de 22% en forma interanual.
Boudou reconoció que “el superávit cayó”, pero evaluó como positivo que “todavía hay superávit” (primario). Al respecto, recordó que los ingresos de agosto sufrieron el impacto de las medidas que se habían adoptado para enfrentar la pandemia de Gripe A. Por su parte, Pezoa sostuvo que “estamos en una realidad lógica para este año”, dada la crisis financiera internacional. Ambos funcionarios señalaron que el ritmo de aumento del gasto (muy superior al de los ingresos) obedece a la necesidad de aplicar políticas “contracíclicas” para hacer frente a la crisis global.
Tres rubros fueron los principales impulsores del gasto durante el mes pasado. El gasto en capital por el aumento en la inversión real directa (debido a las mayores erogaciones en construcciones, mantenimientos y recuperaciones viales), las transferencias de capital a las provincias, las transferencias al sector privado (básicamente compensaciones a los usuarios del transporte de energía eléctrica y el aumento de las coberturas asistenciales al Pami) y las prestaciones de la seguridad social (a raíz del incremento de haberes y por la moratoria previsional).
Durante agosto (y a diferencia de lo que ocurrió en meses anteriores) no hubo giro de utilidades del Banco Central hacia el Tesoro. Con relación a las transferencias de capital, Pezoa explicó que se realizaron “a provincias para que desarrollen y mejoren la situación habitacional y para la realización de obra pública”.
En tanto, Boudou rechazó las críticas de “algunos analistas”, quienes dudan de la capacidad del Gobierno para mantener las cuentas públicas superavitarias. “Veo que hay extremo celo en algunos analistas en hacer aparecer las cosas peor de lo que son”, afirmó Boudou, quien además enfatizó que “a estos analistas les está costando entender como es la política económica de la Argentina”.