Sacarán a los colectivos de las calles laterales para que circulen por los nuevos contracarriles, sin restricciones para los autos particulares ni para taxis
La avenida Triunvirato pasará a ser doble mano.
La nueva metodología abarcará el tramo de nueve cuadras entre la calle 14 de Julio y la avenida De los Incas, y abrirá dos contracarriles en sentido hacia Parque Chas y Villa Urquiza.
La decisión de crear el contracarril obedece a la necesidad de sacar de las calles laterales como Rosetti, Fraga, Chorroarín, Acha, Sucre y Pacheco a los colectivos de las líneas 71, 87, 108 y 127, que ahora pasarán a circular por Triunvirato.
A diferencia de los carriles en otras avenidas, por los que sólo pueden circular los colectivos y taxis ocupados, el de Triunvirato será de uso libre para cualquier tipo de vehículo, porque, según la Ciudad, en la avenida hay capacidad suficiente para que circulen todos.
Los dos contracarriles estarán divididos de las otras cuatro vías por un cordón de asfalto, pero no se tocará el adoquinado original de la avenida. "En unos 45 días ampliaremos el contracarril hasta Olazábal o Roosevelt. Y para el otro lado, llegaremos a Elcano, que también será doble mano hasta Rosetti", aseguró el director porteño de Transporte, Guillermo Krantzer.
La creación o ampliación de carriles preferenciales o contracarriles es una de las principales políticas de tránsito de la administración macrista. El primer paso lo dieron el 30 de septiembre del año pasado, cuando ampliaron el carril de avenida Córdoba desde Pueyrredón hasta Medrano, y al de Entre Ríos lo hicieron arrancar desde San Juan (antes empezaba en Belgrano).
Meses después, reforzaron los controles en dos carriles que ya existían pero eran poco respetados, los de Diagonal Norte y la avenida Las Heras.
Pero el principal cambio fue el de la avenida Pueyrredón. Entre febrero y abril, en tramos, fueron abriendo dos contracarriles entre Belgrano y Libertador, modificación que también obligó a cambiarle la mano de circulación a las calles Ecuador y un sector de Azcuénaga.
Este plan, y puntualmente la decisión sobre avenida Pueyrredón, despertó muchas críticas de vecinos, que reclamaban por un supuesto incremento en el riesgo de accidentes, y de organizaciones de taxistas, que afirman que los carriles, como dejan afuera a los taxis vacíos, los perjudican laboralmente.
Pero en el Gobierno porteño defienden las medidas, con dos argumentos. Primero, que lograron sacar los colectivos de las calles angostas, lo que redujo en ellas la contaminación. Y lo principal fue que, según informaron, lograron bajar en un 33% el tiempo que se tarda en viajar en colectivo por Pueyrredón desde el sur hacia el norte, sin afectar los tiempos del sentido contrario.
"Queremos que en Buenos Aires, como en las grandes capitales del mundo, tenga prioridad el transporte público. Estamos llevándolo a las avenidas para que la gente viaje mejor y más rápido", aseguró el jefe de Gabinete de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta. En tanto, el subsecretario de Tránsito y Transporte, Guillermo Dietrich, agregó que "con la doble mano de Pueyrredón comenzamos la transformación. La obra de Triunvirato es el próximo paso, que busca beneficiar a los vecinos en materia de movilidad, medioambiente y calidad de vida".