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21 de noviembre de 2024
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Del Potro: "I Love New York"
El tandilense fue más local que en la cancha de Boca. Miles de argentinos lo apoyaron en el estadio. "Esto es para mis padres y lo que creen en mí", dijo y también lloró
14 de septiembre de 2009
Por Roberto Aguirre Blanco de la redacción de Asteriscos.Tv

Muerto el rey, viva el Rey. Sí, la juventud y atrevimiento de Juan Martín Del Potro fue el motivo que sirvió para que el plebeyo osara quitarle el cetro al más grande de todos, al frío Roger Federer, que sacó a relucir con mal humor el dolor de ser vencido.

Hace un año, tan sólo eso 365 días, este flaco de más de un metro noventa corría por los torneos menores de Europa en busca de su lugar en el mundo, y de la nada, para el gran público, pero del corazón del sacrificio para su gente, "Delpo" hizo sonar su nombre.

Hilvanó una serie de títulos seguidos y se puso la camiseta de la Argentina en la Copa Davis, demostró cáracter para pelearse con el líder hasta ese momento del tenis argentino, David Nalbandian y hasta llegó en menos de cinco meses al Torneo de Maestros.

En 2009 siguió con su crecimiento y hasta soportó que algunos críticos le dijeran "que no le había ganado a nadie".

Mal hecho muchachos, este "pibe" tiene orgullo y mucho amor propio y les devolvió a los ácidos "enemigos" una serie de triunfos en cemento que concluyó en la mayor fiesta del tenis argentino en años: ganar el US Open, el torneo que siempre soñó alcanzar.

Allí, flaco, alto, potente, con cara de nene aún a pesar de la barba, Juan Martín sigue adelante con sus sueños de joven profesional, pero que deja lugar al hombre que muere en cualquier parte del mundo por su Boca Juniors y adolesce por querer sacarse una foto con sus ídolos de "Casi Angeles".

Un Juan Martín auténtico, simple, provinciano. Un Del Potro que llevó a Guillermo Vilas, el más grande jugador de la historia argentina, a ser testigo en primera fila de una nueva consagración de un compatriota en Estados Unidos, 32 años después en caballeros y 19 años luego del grito victorioso de Gabriela Sabatini.

"Es para mis padres, mi familia, mis amigos de Tandil" dijo entre lágrimas y en castellano antes de abrazar la soñada copa, mientras en el club Independiente de su ciudad decenas de chicos gritaban su nombre.

Está bueno que durante el festejo te enterés Juan Martín: el país vibró toda la tarde noche con tu partido y como hace mucho no se da, con la victoria.

Los "laburantes", que regresaban a sus hogares en el día mas pesado de la semana, este lunes 14 de septiembre, hicieron sonar sus bocinas y sacaron sus banderas.

Como hace 32 años, el 11 de septiembre de 1977, el país del fútbol, fue puro tenis, y será porque este chico viene de la entrañas de la tierra, del interior profundo, será por eso que todos lo quieren.

¡Salud campeón, la gloria es esta noche, tu merecida amante, a gozar!