Es para subir los aranceles que abonan a clínicas, sanatorios y hospitales privados, los cuales ya avisaron que deberán recortar servicios a 3,5 millones de personas
Las clínicas, sanatorios y hospitales privados ya les avisaron a las empresas de medicina privada que deberán recortar los servicios que les prestan a sus 3,5 millones de asociados, ante la falta de actualización de los aranceles.
Las prepagas no les reconocen a los prestadores el aumento de los aranceles que pusieron en marcha tras la firma del convenio salarial del sector, porque a su vez el Gobierno les frenó el ajuste de las cuotas que habían solicitado, que alcanza al 12 por ciento.
Hubo algunas entidades prepagas más pequeñas que aumentaron la cuota, pero el grueso, en especial las que tienen la mayor cantidad de afiliados, como OSDE o Swiss Medical -en conjunto nuclean a casi el 50 % de los afiliados- no lograron autorización
oficial para incrementar la cuota, trascendió en el marco del XII Congreso Argentino de Salud que se realizó en Ushuaia, organizado por la Asociación Civil de Actividad Médicas Integradas (ACAMI).
Los hospitales de "comunidad", como el Alemán y el Italiano, la Agremiación Médica Platense, la Clínica Modelo de Quilmes, San Juan de Dios y varios hospitales privados de Rosario ya mandaron esa comunicación a las prepagas.
Marcelo Mastrángelo, titular de ACAMI, admitió: "No podemos mantener los servicios por los mayores costos, pero reducirlos o suprimirlos también nos perjudica. Nadie puede escapar a ese dilema y cada clínica, sanatorio u hospital de comunidad decide si
mantiene el servicio a pérdida, o lo reduce o suprime, con el perjuicio que eso ocasiona".
La actualización de las cuotas había sido frenada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
En este escenario de tensión, las prepagas esperan otra negociación para la semana próxima.
Francisco Díaz, titular de ADECRA (que reúne a clínicas y sanatorios) planteó que el sector está al límite y ya no puede absorber los mayores costos del sistema.
Además, insistió que en diciembre los salarios deben ajustarse otro 7% y quieren tener la seguridad de que esos mayores costos serán pagados por los financiadores.
Las prepagas también sostienen que no pueden absorber el incremento de los costos e insisten en subir la cuota.
Algunas prepagas se reunieron con representantes de las clínicas para evitar el recorte de servicios o para prorrogar el plazo hasta fin de mes en la esperanza de que finalmente puedan aumentar.
Las prepagas sostienen que hubiese sido importante tener este tema terminado ya, para no sumar un factor más de conflictividad entre prestadores y financiadores.
Recordaron que tanto las obras sociales como el PAMI incrementaron sus ingresos por la actualización de salarios, y que también aumentaron los ingresos de los afiliados de las prepagas.
Además, aducen que con el Indice de Precios 'corregido', la cuota de la prepaga ya no tiene tanto impacto en el cálculo de la inflación.
Las actualizaciones de valores que coinciden con las paritarias son 12% a partir del 1° de agosto y 7% desde el 1° de diciembre.
Las prepagas consideran que todavía se puede corregir esto si se consigue aumentar la cuota a más tardar a partir de octubre.