El tandilense jugó un partido sin fisuras y derrotó al español ex número 1 del mundo por un triple 6-3. Se metió entre los ocho mejores del torneo
A pura potencia y a tono con los pronósticos, el argentino Juan Martín del Potro despachó hoy en sets corridos al español Juan Carlos Ferrero y se instaló en los cuartos de final del US Open, el Grand Slam por el que siente predilección.
Del Potro, sexto favorito, se impuso a Ferrero, preclasificado número 24, por 6-3, 6-3 y 6-3, en poco más de dos horas de juego. El argentino repite así cuartos de final en Flushing Meadows y ahora espera por el croata Marin Cilic.
El ex número uno del mundo Ferrero llegó al desafío de octavos con rendimiento y confianza in crescendo -subió noventa puestos en el ranking desde el pasado abril- y con saldo positivo (2-0) en el historial con el argentino.
Pero el favoritismo previo recaía en Del Potro, probablemente el jugador que en la actualidad más fuerte le pega a la pelota en el circuito. Y el sudamericano tuvo una actuación sin fisuras, basada en la potencia de su derecha y sobre todo la eficacia de su saque.
En el estadio "Louis Armstrong" y bajo un cielo nublado en Nueva York, Del Potro se hizo fuerte a partir de su primer quiebre, para 5-3 en el primer set. Hasta allí Ferrero, de 29 años, le había devuelto golpe por golpe, pero el argentino se llevó la manga en apenas 35 minutos.
Alzarse con el segundo set le costó algo más a Del Potro, porque Ferrero, con su variedad de golpes, lo hizo jugar mucho por toda la cancha. El español tuvo dos breakpoints para 3-1 y los desaprovechó. Su rival no le devolvió la gentileza: rompió para 3-2 y de nuevo para 6-3.
En el tercero, todo fue muy parejo, pero Del Potro siempre pareció en control. Y cuando fue necesario aprovechó su tercera oportunidad de quiebre en el octavo game para ponerse 5-3 arriba y sacar enseguida para partido. Dos nuevos aces, para un total de 22, le sirvieron para cerrar la historia en dos horas y ocho minutos.
Ferrero se despidió con la satisfacción de haber alcanzado su mejor actuación en Nueva York desde la final perdida ante el local Andy Roddick en el "mágico" año 2003, cuando ganó Roland Garros y ocupó la cima del ranking durante ocho semanas. Tal vez también con un dejo amargo, por haberse topado con la realidad de que hoy por hoy está todavía lejos de los jugadores top.
La "torre" Del Potro (1,98 metros), en contraposición, es todo presente y futuro. El argentino se metió entre los ocho mejores de un Grand Slam, tal como lo hizo en Australia y en Roland Garros, donde llegó a semis.
Ahora tiene una nueva posibilidad de escalar bien alto en el US Open, el "grande" que más le gusta, el que a sus 20 años sueña con ganar tan pronto como sea posible.