Hay 8 millones de habitantes más que hace dos décadas, pero casi la misma disponibilidad de camas en los centros de salud, lo cual explica las demoras, según ACAMI
La población argentina pasó de 32 millones en 1991 a más de 40 millones en la actualidad, pero la cantidad de camas disponibles en centros sanitarios sigue
siendo casi la misma, unas 90 mil, lo cual refleja parte de la crisis en la infraestructura hospitalaria y las demoras para concretar intervenciones quirúrgicas o internaciones programadas.
En el país se reciben más de 100 millones de consultas anuales en hospitales y centros de salud, pero no hay respuesta para todas, ya que los problemas presupuestarios y el encarecimiento en los costos de los insumos pusieron al sistema en una encrucijada.
Las sucesivas crisis que soportó la Argentina en las últimas décadas provocaron una sensible caída en la cantidad de camas disponibles y en los recursos hospitalarios destinados a atender la creciente demanda.
Los datos surgen de estudios elaborados con vistas al XII Congreso Argentino de Salud, que se realizará el jueves en Ushuaia, organizado por la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (ACAMI).
ACAMI, la entidad organizadora del Congreso, nuclea a 27 prestadores sin fines de lucro, como CEMIC, FLENI, OSDE y los hospitales Alemán, Británico e Italiano, entre otras instituciones del sistema de salud.
El trabajo de ACAMI explica que los centros hospitalarios de la Argentina pasaron así a ser de "cama caliente", es decir que sale un paciente y arriba otro.
Esta situación, incluso, se daría tanto en los centros de internación privados más costosos cómo en los hospitales del interior del país.
"Cuando los pacientes no encuentran cama, se los mantiene en la guardia o se los deriva a otros hospitales, con el consiguiente trastorno para la gente y para el centro sanitario", precisa el informe.
Largas colas, saturación de pacientes, estado edilicio deteriorado, falta de insumos y aparatología en malas condiciones y con mantenimiento deficiente, son los síntomas actuales de algunos centros sanitarios, relegados ante otros problemas que los
llevaron a deteriorar sus prestaciones.
Sólo el sistema de salud pública de la provincia de Buenos Aires, con 14 millones de habitantes, debe atender más de 45 millones de consultas anuales, en tanto que en Capital Federal, con una población de 3 millones, se originan casi 10 millones de
consultas, llegando en ambos casi a la saturación.
"También las camas disponibles en los hospitales porteños experimentaron una fuerte caída, y se perdieron 1.120 posiciones en la última década, ya que pasaron de un promedio de 8.880 en 1996 a 7.760 en 2006, según cifras del ministerio de Salud del
Gobierno de la Ciudad", apunta el trabajo.
La atención médica en una estructura hospitalaria rebasada -que no logra hacer frente a la superpoblación de pacientes- es un fenómeno potenciado en el Gran Buenos Aires, donde ya se concentran unas 9 millones de personas.
Por ello, muchos habitantes del conurbano bonaerense optaron por atenderse en hospitales públicos porteños, donde aproximadamente el 35 por ciento de los pacientes procede del Gran Buenos Aires.
Debido a esta migración, en los últimos diez años creció 28 por ciento la demanda en los hospitales públicos porteños, en los que un turno con un especialista puede requerir uno o dos meses de demora y para una cirugía programada debe esperarse con
frecuencia más de un año.
Marcelo Mastrángelo, presidente de ACAMI, explicó estas carencias en que "el sector público, que representa aproximadamente el 60 por ciento de la oferta total de camas en el país, dispone sólo de 2,3 posiciones por cada 1.000 habitantes,
indicador notoriamente inferior al registrado en los países desarrollados donde alcanza las 8,5 camas por millar".
"Este sector, con el 28 % del gasto total, debe atender al 45 % de la población que no cuenta con cobertura de obra social o prepaga", destacó.
Los especialistas sostienen que el sistema sanitario es una de las pautas más notorias de la inequidad social: mientras el 97 % de los hogares de clase alta tiene cobertura de salud, entre los de menores recursos apenas el 30 % posee alguna cobertura.
El 70 % se atiende exclusivamente en hospitales y pertenece a los grupos más vulnerables: el 10 % son mayores de 65 años mientras que otro 28 % tiene menos de 15 años.
Según el Barómetro de la Deuda Social Argentina elaborado por la Universidad Católica (UCA), el 46 % de las atenciones de pacientes de clase media se hace a través de una obra social, mientras que en el caso de los estratos bajos apenas el 12,4 se
atiende a través de ese tipo de prestaciones.
En el área metropolitana, el 61 % de las personas de menores recursos se atienden -o intentan hacerlo- en hospitales públicos.
En cambio, en los estratos medios, apenas el 14 por ciento lo hace en centros asistenciales de la esfera estatal.