El estadio de Central fue una fiesta con la selección de Maradona. Gran clima que luego mutó a un frío polar
De la redacción de Asteriscos.Tv
El seleccionado de Argentina cumplió el sueño de Diego Armando Maradona y por primera vez en 12 años abandonó el estadio de River Plate en Eliminatorias sudamericanas para jugar en Rosario.
El Gigante de Arroyito no defraudó. Se mostró completo, con mucho calor humano y un clima de fervor que entusiasmó al cuerpo técnico y jugadores.
Sin embargo, las incidencias del partido y lo pobre que volvía del juego del seleccionado convirtió el calor de los primeros minutos en una ciudad polar al estadio de Central.
El último partido de Argentina en Eliminatorias fuera del Monumental fue en la fecha de cierre del grupo de cara al Mundial de 1998, cuando empató con Colombia 1 a 1 en la Bombonera, en noviembre de 1997.
Un manchón negro para esta fiesta fue la gran cantidad de reventa y de entradas falsas que se evidenció cuando miles de personas quedaron afuera del sector de platea a pesar de contar con su entrada.
Ese sector cerró sus puertas a las 21:00 y tuvieron que colocar una valla de infantería para evitar un estadillo de la gente que fue estafada.
“Me vine desde el interior de la provincia de Buenos Aires con mis hijos. Pagué tres plateas de $ 300 y aquí estoy sin poder entrar, luego de respetar todas las normas y actuar por derecha. No es justo”, dijo un espectador muy indignado en la puerta del estadio de Arroyito.
Según se pudo establecer, la policía detectó muchas entradas falsificadas realizadas con láser, pero también admitieron que muchas pudieron haber pasado sin ser detectadas.
En ese marco, la re venta funcionó con gran libertad y con importantes ganancias.
A las 20:45 ingresaron los equipos a realizar el pre calentamiento previo con un gran clima cuando ya el estadio estaba repleto y mucha gente aún haciendo cola afuera.
En ese momento, se vio como el entrenador cerró filas con sus dirigidos y planteó una arenga de “dejar todo en la cancha”.
También se pudo percibir la condición de líder de Juan Sebastián Verón quien ya dejando atrás su pasado lleno de cuestionamientos bajó un mensaje de “meter y meter” que los más jóvenes escucharon atentamente.
Diego se retiro de esta primera escena del partido con sus brazos en alto y pidiendo el calor de la hinchada, en el mismo escenario donde ha 31 años, el seleccionado nacional logró el pasaporte a la final mundialista de 1978 que le otorgó el primer título.
En algún momento, quienes tiene el recuerdo futbolero de un icono de Rosario pudo ver sentado en su eterna platea al inolvidable Roberto Fontanarrosa, que desde una estrella muy cercana al club de sus amores y del Paraná debe haber vibrado con este regalo que el fútbol le dio a su ciudad.
Doce minutos antes de las 21:30 apareció Argentina en el campo de juego y fue recibida con mucho calor, globos y aliento de un público “caliente” que desafió el frío de la ciudad santafesina.
El himno de Brasil fue silbado en todo momento y no recibió ningún aplauso al final demostrando que la rivalidad entre los dos países está más vigente que nunca.