Un cronista de Clarín le preguntó al ex presidente sobre su enriquecimiento y si donaría la jubilación como hicieron otros mandatarios. Kirchner enfureció y lo maltrató
Se vienen tiempos cada vez más complicados para la libertad de expresión, cuyo respeto nunca fue uno de los puntos fuertes del kirchnerismo, como lo demuestra la falta de libertad de prensa en Santa Cruz, la provincia que regentearon durante 20 años y donde perdieron en los últimos comicios, como en casi todo el país.
El matrimonio Kirchner -que pretende construir su propio sistema de propaganda en el que ya se anotaron medios como Página/12, Buenos Aires Económico, Crónica, El Argentino, el diario universitario La U y la revista Debate, entre otros- es poco afecto a las conferencias de prensa, porque allí no puede digitar las preguntas que recibe, como si lo hace cuando simula 'reportajes', como el que le hizo un jefe de la agencia Telam cuando Kirchner anunció que renunciaba a la Jefatura del PJ tras la derrota electoral del 28 de junio último.
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) expresó su "preocupación y repudio por otro episodio revelador de la hostilidad con que actúan algunos referentes del gobierno contra la prensa independiente".
En ese sentido, "deplora la inapropiada actitud y los dichos de un ex presidente de la Nación, que maltrató y desacreditó a un cronista durante una conferencia de prensa".
ADEPA se refiere a la reacción de Néstor Kirchner el jueves pasado, durante una conferencia de prensa en La Plata, cuando un periodista de Clarín -Leonardo Míndez- le preguntó por el explosivo crecimiento de su patrimonio durante los años en que ejercieron la presidencia él y su mujer, y por la pensión que cobra como ex presidente.
Kirchner descalificó las preguntas, a las que vinculó con "agravios" y "agresiones" de parte del Grupo Clarín al que acusó de "extorsionar y ensuciar a la gente" para "contaminar la democracia".
Echando mando de su principal latiguillo intimidatorio, Kirchner le preguntó al periodista "quién te mandó", y con tono irónico dijo que lo había hecho Magnetto o Noble, en alusión de dos de los principales accionistas de Clarín.
"El reto y la descalificación pública a periodistas ha sido -y sigue siendo- una práctica repetida en los últimos años, en clara muestra de la tensa y confrontativa relación del oficialismo con los medios. El intentar confundir la tarea de prensa con otros fines, y menospreciar su trascendencia, el afán por acallar el disenso y la intolerancia, ya no a la crítica sino a la simple pregunta, no se condicen con el marco democrático que el libre ejercicio del periodismo requiere", alertó ADEPA.
La situación de agrava por la asimetría que existe entre quien pregunta, un periodista con el respaldo del principal multimedios del país, y Kirchner, un hombre que maneja casi todos los resortes del Estado Nacional, incluido la SIDE -la central de los espías-, cuyo hombre fuerte, Francisco Larcher -el Señor 8-, mantiene informado Kirchner en forma permanente a pesar de que ya no es funcionario.
Nunca fueron desmentidos los supuestos dossier que periódica la SIDE le haría llegar a Kirchner, en el cual supuestamente se informaría con lujo de detalles sobre conversaciones de periodistas con empresarios y otras fuentes de información, como así también la circulación de carpetas con datos considerados supuestamente 'sabrosos' por el diputado electo, en una actitud que, de confirmarse, haría recordar a prácticas contrarias a la democracia aplicadas durante décadas por Edgar Hoover -'célebre' por perseguir, entre otros, a Charles Chaplica, por considerar comunista-, el nefasto y todopoderoso jefe del FBI durante una etapa oscura y antidemocrática de los servicios de inteligencia norteamericanos.
"Este clima de crispación y agresividad no conforma, tampoco, el escenario apropiado para debatir iniciativas complejas referidas a los medios de comunicación, y que pueden comprometer la libertad de contenidos e intervenir de manera decisiva en los medios, a partir del control discrecional del Estado", afirma el escrito, al referirse al proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual del Poder Ejecutivo que se debate en estos días en el Congreso.
"Como sostuvo ADEPA hace pocos días, una ley de radiodifusión destinada a perdurar en el tiempo requiere la búsqueda de consensos por sobre la imposición y las restricciones al debate. Un debate que debiera estar definido por la profundidad, el rigor técnico y la participación -sin urgencias ni exclusiones- de todos los involucrados. Un debate serio y democrático cuyo fin último debería apuntar garantizar la libre circulación de informaciones y opiniones, resguardando la diversidad y el pluralismo que honrar al periodismo argentino", concluye.
La semana pasada, ADEPA ya había expresado su repudio a los ataques que recibió el Grupo Clarín en los últimos días, tanto a través de afiches pegados en receptorías del diario como de panfletos agresivos e intimidaciones que se hicieron en los domicilios particulares de varios directivos del Grupo. También había solicitado que la ley de medios se debata después de la asunción de los nuevos legisladores en diciembre.