Entre los habitantes de 140 países, aparecen en el puesto 13. El especialista que hizo el estudio explicó que "la felicidad se define por cuánto te gusta la vida que vivís"
Un estudio realizado en 2008 en 140 países demostró que los argentinos están entre las personas más felices del mundo, pese a cargar en sus espaldas con una serie de debacles económicas, años de elevado desempleo y tangos que parecen lagrimear.
El sondeo, que fue a parar a la "Base de Datos Mundial de la Felicidad", creada por el sociólogo Ruut Veenhovenm, un profesor emérito de la Universidad Erasmus de Rotterdam, reveló que los habitantes que se sienten más a gusto con su vida están en Islandia, Dinamarca, Colombia y Suiza (con ocho puntos o más sobre 10), mientras que los argentinos alcanzan los 7,5 puntos, ubicándose en el puesto número 13, junto con Irlanda y Holanda. Entre los peores ubicados están Angola, Chad, Irak, Tanzania y Zimbabwe.
Para Veenhovenm, "la felicidad se define por cuánto te gusta la vida que vivís. Es real y existe porque mucha gente está satisfecha con su vida como totalidad".
A su vez, consultado sobre si el dinero hace la felicidad, el sociólogo opinó que "el dinero es importante en los países más pobres. En las sociedades igualitarias sólo supone una pequeña diferencia". Así, entran también variables como la amistad, el sentido de pertenencia, la relación de pareja, el trabajo, la creatividad individual, el funcionamiento de las instituciones y el ser parte del engranaje cultural.
Ante esto, Victoria Giarrizzo, investigadora de la Universidad de Buenos Aires y miembro del Centro de Economía Regional y Experimental (Cerx), dijo que "está claro que la felicidad no depende exclusivamente de la economía, aunque tiene gran incidencia. La gente supone que con mejores ingresos va a estar más contenta y, cuando los consigue, se da cuenta que no está plena". "La economía le pone un piso y un techo a la felicidad. Lo básico es tener cubiertas las necesidades elementales y el techo está en pensar que la plata te resuelve cualquier inconveniente. La felicidad no hay que buscarla en los bienes sino en algo interior", añadió.
Por su parte, Roberto Sivak, médico psicoterapeuta y docente de la UBA, opinó que "la felicidad depende de una serie de factores psicofísicos y emocionales. Entre los más importantes se cuentan el sentido del humor frente a las dificultades, la capacidad de proyectarse a futuro y encontrar un sentido a la propia existencia. También poder enfrentar la adversidad y entender que se trata de un elemento más de la vida que requiere ser superado".
El economista Bernardo Kliksberg observó que la felicidad responde a una cuestión física y social: "Cuando hacemos cosas por los demás, biológicamente se produce un neurotransmisor que se llama dopamina, que genera un efecto de felicidad interna. Los seres humanos nacimos para ser felices".
Finalmente, Guillermo Velázquez, investigador del Conicet y director del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional del Centro en Tandil, apuntó que la felicidad tiene que ver con el lugar en donde uno vive, publicó el diario Clarín.