Allí, cuando las papas queman, cuando Boca no le encontraba la vuelta a un partido importante, apareció la cabeza de Martín Palermo para convertir el gol de la victoria, de un triunfo necesario.

La primera victoria del equipo de Alfio Basile llegó ante el difícil Lanús y justamente en la casa del "Granate" por 2 a 1, donde el local se hace muy duro.

Fue además un gol importante para el ídolo de Boca, que el viernes pasado fue agredido y "apretado" por un grupo de delincuentes que se hacen llamar hinchas de Boca, en el marco de la feroz interna de "la Doce" por el poder de la corrupción de la tribuna del club de la Ribera.

El gol también sirvió para darle un premio grande a Boca, casi inesperado, porque en el segundo tiempo tuvo que soportar la presión del local que jugó mejor y estuvo en los primeros 20 minutos como protagonista y cerca de la victoria.

Le faltó precisión al conjunto de Luis Zubeldía, que luego declinó en su rendimiento y allí creció Boca, y con el oportunismo de su artillero alcanzó un triunfo que necesitaba.

El partido comenzó con un gol de los "xeneizes" que marcó el defensor Julio César Cáceres, a los 16 minutuos del primer tiempo.

Sin embargo, otra vez, a partir de un gol con una pelota aérea, Boca sufrió un tanto, y en esa jugada le permitió a Lanús empatar el partido por intermedio de un cabezazo de Pelletieri, cuatro minutos después de la apertura del marcador.

Nuevamente como ante Argentinos, un tiro a la cabeza de un jugador rival terminó en gol ante la pobre defensa de alto de los "xeneizes".

El partido fue parejo en varios pasajes, pero la salida por lesión de Sebastián Battaglia en el entretiempo y la ausencia de Juan Román Riquelme por lesión, dejaba a Boca huérfano de "pesos pesado" en la cancha.