Cristina condenó instalación de bases de EE.UU. en la región
En la Cumbre de Unasur, la presidenta apeló a las Malvinas para mostrar su desacuerdo. Recordó "experiencias terribles" de "enclaves coloniales con bases extracontinentales"
Cristina Kirchner volvió a condenar ante sus pares de la región que integran la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) la instalación de bases militares estadounidenses en Colombia.
Lo hizo apelando a un paralelo llamativo. Comenzó su discurso destacando "la experiencia" de la Argentina en la materia y se refirió directamente a la ocupación de las Islas Malvinas. "Tenemos el recuerdo de experiencias terribles de enclaves coloniales con bases extracontinentales", aseguró en obvia alusión a las Malvinas, según informa el diario La Nación.com.
Enseguida, planteó que el objetivo "central" de la reunión regional es "fijar una doctrina común" para la evaluación y manejo ante situaciones de tensión que plantea el acuerdo militar entre los Estados Unidos y Colombia.
"Tenemos que fijar normas uniformes, que no sean un doble estándar para la instalación de fuezas extraterritoriales en América del Sur. La doctrina tiene que ser para todos los países y en todas las circunstancias, junto con un sistema de contralor para garantizar la soberanía de cada uno de los integrantes de la Unasur", argumentó.
Por otra parte, instó a sus pares a exponer sus ideas "con un tono que evite caer en adjetivaciones o calificaciones". El llamado pareció una réplica directa al duro discurso de Chávez en la última reunión de la Unasur en Quito, donde advirtió que estaban "soplando vientos de guerra" en la región.
Cristina Kirchner interrumpió su breve discurso para dar la bienvenida, y dejar al descubierto en su retraso, a los presidentes de Brasil, Lula Da Silva; de Colombia, Alvaro Uribe; y de Venezuela, Hugo Chávez que ingresaron en el recinto cuando ella ya estaba hablando. Pareció un intento por mostrar que no es la única jefa del Estado que llega tarde a las cumbres.
A su turno, Uribe ensayó una férrea defensa de su acuerdo con EE.UU. y se quejó por la "falta de cooperación" de sus pares de la región. "La propuesta de los Estados Unidos representa un apoyo práctico y eficaz. Pocas veces hay una cooperación práctica, más allá del plano discursivo", deslizó. Lula, Chávez, Kirchner, el paraguayo Fernando Lugo y el ecuatoriano Rafael Correa, entre otros, seguían su discurso con atención y gesto adusto.
Además, aseguró que Colombia "no renuncia a su soberanía" por acordar con Washington, sino que se rige por la idea de la "integración" entre estados. "Se preservan los principios de integridad soberana y territorial", insistió el presidente respecto del acuerdo.
Como se esperaba, reforzó los argumentoos según los que la ampliación de su cooperación militar con Washington es un refuerzo del programa ya existente de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Los presidentes de la Unasur participan desde poco después de las 10 de una breve cumbre en el hotel Llao Llao de la ciudad de Bariloche. La agenda del encuentro está dominada por el conflicto desatado tras conocerce el acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos.
El gran ausente de la cumbre es el presidente de los Estados Unidos. Barack Obama rechazó esta semana una invitación de Lula, que lo llamó personalmente para invitarlo. Sin embargo, envió de gira por la región a su subsecretario adjunto para Asuntos para el Hemisferio Occidental, Christopher McMullen.
La decisión del país andino de permitir que Washington utilice siete bases en su territorio puso en pie de guerra a Chávez, quien amenazó con romper relaciones y suspender todas las importaciones por considerar que su vecino está poniendo en peligro la seguridad nacional.
Colombia respondió denunciando a Caracas ante la OEA por inmiscuirse en sus asuntos internos, en una pelea que consiguió dejar aún más a la luz las grandes diferencias ideológicas.
Colombia es el aliado más cercano que tiene Estados Unidos en la región, y sus políticas suelen ser blanco de los ataques retóricos de Venezuela, que encabeza una corriente radical socialista en la que también militan Bolivia y Ecuador.