Durante julio los préstamos a las empresas también retrocedieron: sólo avanzaron los Adelantos. Las entidades esperan una pronta reactivación de los personales
Los préstamos a las familias argentinas dejaron de crecer en noviembre del año pasado. Ni los esfuerzos de la banca por devolver algo de liquidez al sistema –que en los últimos meses incluyeron recortes en sus tasas y flexibilizaciones en el otorgamiento de las líneas de crédito– alcanzaron para recomponer la demanda del público. Y en julio la situación empeoró: según un informe del Centro de Economía y Finanzas par el Desarrollo de la Argentina (Cefid-Ar), el mes pasado todas las líneas de crédito destinadas a las familias no sólo que no crecieron, sino que mostraron un retroceso.
En rigor, en julio los préstamos a individuos cayeron en relación a junio un 0,3% ($213 millones), según supo el diario El Cronista. Este desempeño se explicó principalmente por la reducción de los préstamos personales –principal línea de los créditos a los hogares–, que se redujo en $101 millones (-0,4%). Por su parte, las líneas de prendarios, tarjetas de crédito e hipotecarios mostraron una contracción del 0,8% ($57 millones), 0,3% ($42 millones) y 0,1% ($12 millones) respectivamente.
Ni siquiera las bajas de tasas que vienen disponiendo las entidades lograron evitar la caída. El mes pasado, el sistema redujo unos 112 puntos básicos las tasas de préstamos personales, hasta 32,46% según Deloitte; al tiempo que los costos de los créditos prendarios ya registran una baja de hasta 500 puntos en algunas entidades. Algo similar ocurrió con las líneas para empresas: según Deloitte, las tasas de los Adelantos en Cuenta Corriente cayeron a 22,01% en promedio (unos 80 puntos básicos menos que en junio) y las de Documentos a sola firma bajaron a 18,56% (es decir, 300 puntos menos).
Pero aún así, la línea de Documentos –principal componente del stock de Préstamos a empresas– se redujo en el último mes un 0,9% (-$334 millones), y los créditos con garantía hipotecaria cayeron un -0,1% (-$9 millones). Sólo los Adelantos en cuenta corriente avanzaron: crecieron un 0,6% o, lo que es lo mismo, unos $444 millones.
La situación no es nueva: el crédito al sector privado está prácticamente congelado desde fines de 2008. Es por eso que, mirados en términos interanuales, los préstamos muestran ya una fuerte desaceleración en su crecimiento. Según Deloitte, el crédito comercial acumula a junio un avance interanual del 14%, mientras que en igual período de 2008 se expandió al 24%. Asimismo, los préstamos personales y la financiación con tarjeta de Crédito –que en su conjunto abarcan el 26% del total de préstamos privados–, redujeron sus tasas de crecimiento de 54% y 47% a 7% y 18%, respectivamente.
De todos modos, desde las entidades privadas indicaron que en los próximos meses podría darse una reactivación en las líneas ligadas al consumo –personales y tarjetas–. Sucede que el ambiente financiero se ha ido tranquilizando después de las elecciones, y se cree en este sentido que la demanda privada de financiación no tardará en reactivarse, al menos moderadamente.
Además, en las últimas semanas el Banco Central (BCRA) ha estado tomando una serie de medidas para alentar a los bancos a dejar de lado los temores y salir a prestar nuevamente. A las medidas comunicadas ayer (ver pág. 3) se suman las bajas en las tasas de los pases que se llevaron a cabo entre fines de julio y principios de agosto.