Por orden de la justicia provincial anoche quedó detenido Fabián Herrera, el padre de Sofía Herrera, la niña que hace casi 11 meses desapareció en el camping John Goodall, a 60 km de Río Grande, en Tierra del Fuego.

Junto a Herrera también quedó detenido Alberto Urrutia, el cuidador del camping, quien estaba allí la mañana del 28 de septiembre de 2008, en la que por circunstancias poco claras la pequeña desapareció de la vista de sus padres sin dejar rastros.

La detención, ocurrida anoche, sucedió después de dos días de la reconstrucción de lo que habría pasado esa mañana en la que Sofía desapareció poco después de que los Herrera, y una familia amiga, llegaran al lugar para compartir un día al aire libre. Allí, Urrutia los recibió y les cobró la entrada al camping, un predio de varias hectáreas con árboles bajos, situado a la vera de la ruta nacional 3.

El juez Eduardo López, que investiga la causa desde el segundo día de la desaparición de Sofía, ordenó anoche la detención de Herrera por motivos que aún no se conocen, aunque, según el abogado de la familia, Francisco Ibarra, fue por "obstrucción de justicia".

Según versiones, el juez de la causa tendría fuertes indicios para sospechar que Herrera intentó dificultar la aparición de su hija con la declaración testimonial que prestó ante la Justicia.

Sospechas
La orden de detención surgió ante un pedido de la Fiscalía, que desde hace algunas semanas comenzó a sospechar de una posible participación del padre de la niña en los hechos que derivaron en su desaparición.

Trascendió que Herrera iba a declarar otra vez, en tanto que fuentes allegadas a la causa confirmaron que hubo demasiadas contradicciones entre quienes participaron de la reconstrucción del hecho y que eso habría derivado en la detención de los dos hombres.

Desde que la niña desapareció se tejieron muchas versiones, como que la habían sacado del país como parte de una red de tráfico de personas, hasta, incluso, testimonios de personas que aseguraban haberla visto en otras provincias del país.

A poco del inicio de la investigación circuló un identikit con el rostro de un posible sospechoso, que, según otras versiones, era un hombre solo con un perro boxer que en la ruta habría subido a la pequeña Sofía a un auto.

Lo cierto es que nunca se detuvo al hombre del identikit. El mismo se realizó a partir del testimonio de un niño de 7 años que estaba con la familia de Sofía el día en que no se supo más nada de ella.

Lo que sigue sorprendiendo a los investigadores son las extrañas circunstancias en las que desapareció la niña, porque la última vez que fue vista estaba caminando a pocos pasos de su padre y de su amigo mientras buscaban leña en el bosque.