El ministro De Vido dijo que “llegado el caso” analizaría una salida similar a la de TGN, donde hay un hombre del Gobierno. Hace 10 años que la empresa no recibe aumentos
En medio de la lluvia de críticas empresarias por el avance de la intervención oficial en el sector privado, el ministro de Planificación, Julio De Vido, deslizó ayer la posibilidad de un nuevo desembarco del Gobierno entre las compañías.
Aunque evitó dar precisiones, el funcionario dejó abierta la puerta a una posible intervención sobre Metrogas, la distribuidora encargada de llevar gas a los hogares de la Ciudad de Buenos Aires, que hace 10 días informó a sus inversores que podría entrar en cesación de pagos debido al atraso en su tarifa.
“Cuando veamos qué van a hacer en concreto, tomaremos las medidas del caso, como con TGN”, deslizó De Vido ante la consulta de El Cronista.
El funcionario lanzó el comentario en la inauguración de una nueva central eléctrica en el Polo Petroquímico de Bahía Blanca. Se lo vió exultante por la inversión que encararon la local Albanesi y la belga Solvay Indupa, celebró a los “empresarios que creen en el país” y aprovechó para extender el malestar del kirchnerismo con los medios de comunicación. “Seguramente no vamos a ver publicado en ningún diario mañana (por hoy) que hay una inversión de $ 580 millones”, lamentó.
En diciembre del año pasado, el Gobierno dispuso la intervención de Transportadora Gas Del Norte (TGN), una empresa comandada por Techint. La movida sobrevino luego de que la compañía, encargada de llevar el gas que producen las petroleras en el Norte del país hasta las distribuidoras, como la propia Metrogas o Gas Natural Ban, se declarara en default.
Metrogas podría ser la segunda compañía del sector en seguir ese camino. Luego de una década cobrando la misma tarifa –el último aumento que recibió fue en julio de 1999–, la empresa comunicó el 11 de agosto a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que “de mantenerse tal deterioro en la situación financiera, ello también podría afectar la capacidad de la sociedad de generar operativamente el flujo de fondos necesario, debiendo en tal caso la sociedad refinanciar su deuda actual u obtener financiación adicional”.
Las demoras en el ajuste de tarifas dejaron una huella indeleble en sus estados contables. En 2008, anotó un rojo de $ 13,54 millones, muy lejos de los $ 42,04 millones positivos que obtuvo en 1999. Esas cifras, además, tenían otro condimento: cada peso valía lo mismo en dólares. En tanto, obtuvo su último balance azul en 2007, cuando ganó $ 15,78 millones, apenas un 0,95% de los $ 1.653 millones en que tiene valuados sus activos en el país.
La empresa tiene autorizada una suba cercana a un 25% sobre el valor de distribución que deberá ser destinada a obras, pero no la puede poner en práctica hasta que el Enargas publique los nuevos cuadros tarifarios. En el mercado aseguran que las demoras se deben temas políticos. La empresa está controlada por Gas Argentino, con participación de YPF pero bajo la órbita de la inglesa British Gas (BG, con un 54,67%), que mantiene un juicio contra el país en el Ciadi, el organismo del Banco Mundial encargado de resolver diferencias entre Estados y compañías. En el sector sostienen que Metrogas no le teme a una eventual intervención. Ya tiene experiencia en eso: “En 2007, en medio de los cortes de gas, fue Moreno a los gritos y en dos horas tuvo que dejar la empresa”, dicen quienes vieron de cerca esa escena.