La pelea entre el gobierno y la Iglesia sigue subiendo de tono.

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, calificó hoy de "enormidad" las declaraciones del vocero del arzobispado de Buenos Aires, Guillermo Marcó, quien había señalado que "el Presidente de la Nación alienta los odios".

"Siendo un miembro de la Iglesia, algún derecho tengo a decir que sería indispensable que más de uno hiciera su autocrítica antes de acusar con ese dedo lo que se le quiere imputar al presidente respecto de la política de tal o cual persona", se quejó Fernández.

El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, ya había hecho un llamado a "terminar con la discordia" en el país, que se interpretó como una crítica a los ataques que lanza el presidente Kirchner a quienes no piensan como él.